Y ¿el resto del ejército?

José Antonio López Sosa

 

La captura del general Salvador Cienfuegos en Los Ángeles, Estados Unidos, por las acusaciones relacionadas al crimen organizado que todos leímos, resulta un golpe –como bien se ha diagnosticado– al Ejército Mexicano, una de las instituciones que luego de la guerra sucia del priismo, logró posicionarse como una institución confiable para la ciudadanía.

 

El ex secretario de la Defensa Nacional en la administración de Enrique Peña Nieto no actuó solo o como un ente aislado, hay decenas de activos del Ejército Mexicano que laboraron con él y que aún cumplen funciones en la Secretaría de la Dedensa Nacional. Pero con relación a ello, ¿qué ha hecho el gobierno federal actual?, ¡nada!.

 

Lejos de indignarnos porque los Estados Unidos no avisaron de la investigación, me parece que la federación debiera estar investigando a fondo al Ejército en su conjunto, si bien también merece la pena investigar desde aquí a las operaciones de las agencias estadounidenses DEA y CIA, es urgente que se depure a la milicia en el país.

 

Pareciera que están apostándole a que el caso fluya en los Estados Unidos y apunte contra civiles de las administraciones anteriores, que no me parece mal pero insisto, se debe centrar la atención desde México en la investigación al interior de los mandos de la milicia.

 

Desde hace varios años los operativos más complejos se le asignan a la Secretaría de Marina, independientemente que sean dentro del territorio nacional y no en las costas, es un secreto a voces que el Ejército tenía flaquelos de corrupción con el crimen organizado y ello, se comprueba con la detención del general Cienfuegos en los Estados Unidos.

 

Insisto en la pregunta, y ¿el resto del Ejército?, ¿cuándo se investiga y se depura?, ¿cuándo podremos de nueva cuenta confiar en esta institución que ha estado en entredicho, primero gracias a los mandos civiles en 1968 y 1971 y, a últimas fechas por casos como Acteal, Tlatlaya, Ayotzinapa y la detención de Cienfuegos.

 

Ahí está la pregunta para el gobierno federal y el comandante supremo de las Fuerzas Armadas: el presidente en turno.