PULSO POLITICO. “Lalo” Rivera, no aprendió nada de su primer paso por la presidencia

Gabriel Sánchez Andraca

El panista Lalo (Eduardo) Rivera Pérez, parece que no aprendió nada de su primer periodo como presidente municipal de Puebla. Es natural, el gobernador de entonces, también panista, el primer panista que gobernó Puebla, no lo dejó ser, pues él, el gobernador Moreno Valle Rosas, asumió indebida e ilegalmente, las dos funciones, la de gobernador y la de alcalde de la capital. Don Eduardo estuvo relegado los tres años de su supuesto gobierno.

Desde el primer grito de Independencia en el Palacio Municipal, los poblanos se dieron cuenta de que Moreno Valle Rosas, no quería al alcalde. Lo humilló apapachando al senador Javier Lozano Alarcón y evitando cualquier  cercanía con el presidente municipal legalmente electo y además, anfitrión del gobernador en esa ceremonia, como siempre había sido.

Al balcón del ayuntamiento que da frente al zócalo donde tradicionalmente se reúne el pueblo para dar el grito, salieron juntos el gobernador, el senador y la esposa del gobernador. Atrás, pero muy atrás del gobernante, se vio una manita levantada, cuando se anunció la presencia del alcalde.

Todas la obras realizadas en Puebla capital fueron llevadas a cabo por el gobernador en funciones de presidente municipal: El arreglo de los parques y jardines, las inservibles y costosas ciclopistas, los puentes elevados, el costosísimo museo Internacional del Barroco, el Centro Integral de Servicios, la rueda de la fortuna llamada “la novia de Puebla” y así por el estilo. Obras que además de su muy elevado costo inicial, tienen un alto costo de mantenimiento.

Ese gobierno fue el autor de la iniciativa para crear la llamada ley  bala, que provocó en su primera aplicación la muerte de un adolescente y de la privatización del servicio de agua potable, que todavía sigue siendo rechazado por un alto porcentaje de ciudadanos. Y con todo y eso, don Lalo Rivera, nos   viene saliendo en el inicio de su segundo periodo como presidente municipal, con el cobro a los ciudadanos, de una cuota para el pago del alumbrado público, con la colocación de aparatos en el centro histórico para cobrar el estacionamiento de vehículos y reanudar la lucha contra los vendedores ambulantes en plena crisis económica provocada por la pandemia y agravada por la invasión de Rusia a Ucrania.

Todas esas acciones dan muestra de la insensibilidad social propia de los panistas.

Además, hay muchas quejas de empleados municipales, por los malos tratos de los nuevos jefes, en su mayoría de la corriente conservadora de Puebla, pues pese a su alianza con el PRI y el PRD, casi no hay funcionarios en el municipio de esos partidos.

UNO ESPERABA QUE POR LO QUE SUFRIO DURANTE el primer gobierno estatal panista, don Eduardo tendría mayor sensibilidad social, pues en su primer periodo fue víctima de un autoritarismo brutal, que incluso pretendió meterlo a la cárcel acusándolo de malos manejos del erario.

Ocurrencias como la establecer cuotas de los ciudadanos para pagar el alumbrado público o cobrar el estacionamiento en las calles del centro histórico, de gente que no tiene para pagar un estacionamiento público y perseguir a los vendedores ambulantes del centro porque afean el paisaje citadino, en plena  crisis económica mundial por la pandemia y la guerra, es muestra de una total insensibilidad social y también de un desconocimiento de la realidad que se vive en Puebla y en el país, derivada de los malos gobiernos que hemos padecido.

AYER DOMINGO 6 DE MARZO, SE LLEVARON A CABO las elecciones municipales extraordinarias en los municipios de Santa Rita Tlauapan, Teotlalcco y San José Miahuatlán, donde fueron anulados los comicios pasados por una serie de irregularidades.

Todo empezó bien, según reportaron las autoridades electorales, y se esperaba que no surgieran problemas en  el transcurso del día.

El delegado estatal del IFE, licenciado Marcos Rodríguez del Castillo, instaló temprano al Consejo Estatal Electoral que estaría pendiente del desarrollo de la elección.

En total se instalaron 70 casillas en  los tres municipios, que fueron atendidas y vigiladas por 490 funcionarios de casilla.