Gabriel Sánchez Andraca
El acto realizado el sábado en la ciudad de México, para conmemorar el 85 aniversario de la nacionalización de la industria petrolera que estaba en manos de empresas privadas inglesas, holandesas y alguna estadounidense, resultó, como se esperaba, el acontecimiento político más importante en mucho tiempo, no solo por el hecho en sí, sino porque el presidente Andrés Manuel López Obrador, reafirmó la soberanía nacional en forma contundente.
El general Lázaro Cárdenas del Río, autor de la expropiación, había sido designado jefe de la Zona Militar de Veracruz y junto con su amigo el general Francisco J. Mújica, fueron a realizar una visita de cortesía a la empresa petrolera por ser el más importante centro de trabajo de la región.
Fueron tratados con descortesía por los empleados extranjeros que los atendieron al llegar y los hicieron esperar más de una hora para ser recibidos por los directivos, que al parecer, ya se sentían dueños del país, pues no fueron muy amables con ellos. Hay quienes afirman, que ahí nació la idea de la expropiación.
Se recordó que problema de huelga en la frontera, en una empresa estadounidense, obligó a Porfirio Díaz a enviar a Los Rurales, cuerpo policiaco especialmente represor, apoyados por guardias estadounidenses, que también se sentían dueños de México.
Ahora, con el problema del Fentanilo, unos senadores republicanos, con mentalidad del siglo XIX, han hablado de enviar sus tropas a México, para combatir el narcotráfico o el terrorismo, pues en eso quieren convertir el problema los senadores que han declarado al respecto.
Las palabras del presidente mexicano: “No somos protectorado de Estados Unidos, ni somos colonia de nadie, sino un país libre y soberano, que exige respeto a su soberanía” recibieron un atronador aplauso de la multitud reunida en el zócalo de la capital del país.
Amistad y colaboración ofreció a los estadounidenses y eso es precisamente lo que está ocurriendo entre los gobiernos de México y el vecino país del norte. Porque la posición de los tres o cuatro senadores republicanos no ha sido seguida por nadie más, El gobierno de los Estados Unidos, concretamente el presidente Baiden y altos funcionarios de su gobierno, han expresado que México está colaborando muy estrechamente para combatir el problema del tráfico de drogas y por primera vez el gobierno estadounidense, ha atendido el problema del tráfico de armas, que tantos perjuicios ha ocasionado en nuestro país.
LOS CIENTOS DE MILES DE PERSONAS CONGREGADAS en el zócalo de la ciudad capital, aplaudieron con entusiasmo lo dicho por el Presidente y escucharon de los altos funcionarios de Energía y dirección de Pemex, cómo encontraron a la más importante industria energética nacional y como ha podido ser rehabilitada en cuatro años por las autoridades federales.
Los gobiernos neoliberales a propósito estaban quebrando a Pemex, lo que les permitiría entregarla al capital extranjero sin ningún problema.
Abandonaron por completo las refinerías, no les daban mantenimiento y tampoco se buscaba petróleo en aguas someras, sino en aguas profundas lo que además de costoso, era más complicado extraer.
Ya importábamos gasolinas, pese a que somos un productor de petróleo crudo, lo que significaba, como dijo el presidente, exportar naranjas e importar jugo de naranja.
Se informó puntualmente de la forma en que se ha venido trabajando para recuperar a Pemex y de los exitosos resultados que se han obtenido. Seremos autosuficientes en producción de energías, tanto las derivadas del petróleo, como las eléctricas y esto ocurrirá en este gobierno.
EL PRESIDENTE ASEGURO QUE LA OLIGARQUÍA NO volvería al poder, pues no hay posibilidades de que gane las elecciones próximas y que cualquiera de los aspirantes a la candidatura de Morena a la Presidencia de la República, seguirá los lineamientos de la 4-T hasta su total consolidación.
Muy buen acto, muy buen discurso y muy buena respuesta de los ciudadanos, sería el resumen de lo acontecido el sábado.