OASIS. ¿Cómo fortalecer las habilidades socioemocionales? (Tercera y última parte)

 

Psic. Gonzalo Valenzuela R.

 

Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil.

Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta,

en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil.

ARISTÓTELES

 

Hoy concluimos la charla con el Dr. Carlos Alberto Campos Almeyda, supervisor escolar de CAPEP y experto en el tema de las habilidades socioemocionales. -¿Cuáles son las herramientas que pueden fortalecer socioemocionalmente a las y los profesionales de la educación, así como a las familias y el alumnado? –Bueno, antes de pasar a comentar sobre esas estrategias, me gustaría decir la relación que tienen las emociones con el cuerpo.

 

-Sí, hay evidencia científica de su relación con el estado de salud. Coméntanos. –Así es, se han encontrado ciertas correlaciones, por ejemplo, se sabe que la ansiedad afecta al intestino, que la ira debilita al hígado, el miedo afecta a los riñones, la preocupación debilita el estómago, la pena debilita los pulmones, en general; las emociones negativas aumentan el riesgo de enfermedad cerebrovascular, de cáncer, ansiedad, depresión y disfunción sexual y las positivas, como; el amor y la alegría, mejoran y fortalecen el sistema inmunológico.

 

– Relevante entonces la educación de las habilidades socioemocionales. –Sí, es muy importante saber qué emociones tengo que afrontar o gestionar para reducir el impacto en la salud integral y no ser rehén de las mismas.

 

-¿De qué herramientas se puede echar mano para fortalecer estas habilidades socioemocionales? –La primera herramienta, la he denominado Buenas cosas mías. Puede ser útil para los docentes, familias y el alumnado. -¿En qué consiste? –Es muy sencillo, sólo tienes que pensar y responder a la pregunta: ¿para qué soy bueno/a?, lo cual permite identificar sus fortalezas, por lo menos en cuatro entornos: con mi familia, en mi trabajo, con mis amigos y en mi casa.

 

-Excelente. Pues vamos a invitar a nuestros lectores a que tomen lápiz y papel y que respondan a la pregunta y detecten sus fortalezas en esos cuatro entornos. ¿Qué otra herramienta? –La herramienta dos, la he llamado La olla de presión. -¿En qué consiste? -Cada alumno/a o docente, describe qué es una olla de presión y cómo funciona, enfatizando la relevancia de las válvulas de seguridad para controlar la salida del vapor y así evitar que explote. Relacionan esto con el estrés cotidiano, e identifican qué válvulas de seguridad emplea cada quién para controlar la presión (el vapor), y así evitar explosiones, reflejadas en la falta de control de impulsos.

 

-Interesante alegoría y te permite estar consciente de las situaciones que más te estresan y lo que podemos hacer para liberar esa tensión y la llave, representa lo que pueden hacer otros para ayudarnos a liberar la presión. –Así es, por eso es tan importante procurar un entorno seguro, en el que estemos en posibilidad de cuidar del otro y nos demos permiso de ser vulnerables, poder hablar de lo que nos incomoda o molesta.

 

 

-Muy bien. ¿Alguna otra herramienta que nos desees compartir? –Sí, la he denominado el que se enoja gana (si se sabe enojar). -¿Platícanos en qué consiste? ¿cómo la podemos utilizar? –Claro, cada docente o alumno/a identifica y reconoce al enojo como una emoción natural y humana, y comprende que el enojo no puede evitarse, pero sí controlarse, mediante tres reglas que lo contienen y lo redireccionan. Sí está bien y puedo enojarme, pero: no puedo dañar a otros, no puedo dañarme a mí mismo y no puedo dañar las cosas.

 

Excelente, recordé la frase de Aristóteles, de su obra Ética a Nicómaco: Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil. –Así es. El enojo es una de las emociones más reprimidas y peor gestionadas sin lugar a dudas.

 

-¿Tienes alguna otra herramienta que desees compartir? –Sí, son varias más: ¿Cómo podrías ayudar? Se habla de la importancia de ayudar a otro, de cómo nos hace sentir hacerlo. Se pueden poner ejemplos, como el de un compañero al que le cuesta trabajo hablar, de cómo se siente, o que le cuesta trabajo un tema. Se pide hacer una lluvia de ideas sobre cómo podemos ayudarle, y se hace un registro de distintas maneras de ayudar.

 

-Otra herramienta es: Resolviendo problemas. Cada docente o alumno/a debe elegir un tema que le preocupe y ha de describirlo en pocas líneas. Cada alumno expone su caso y entre todo el grupo se escoge una de las situaciones para trabajar. Se van analizando las dificultades expuestas por el alumno para, entre todo el grupo, encontrar las reacciones más adecuadas y efectivas para superar la dificultad.

 

El tapete de las emociones. Es otra herramienta, aquí el personal educativo elabora un tapete de emociones con las seis emociones básicas; alegría, tristeza, miedo, asco, ira y sorpresa, el cual se coloca en la entrada del salón de clases. Se sugiere realizar un saludo interactivo en la puerta de la clase sin contacto físico, como: saludo apache, baile, zapato, entre otros. Posterior al saludo, cada alumno señalará la emoción que refleje su estado de ánimo del momento. Al término de clases, los educandos señalarán, de manera individual y ordenada, la emoción con la que terminan el día escolar.

 

-Sé que hay muchas otras estrategias más Carlos, te agradezco la oportunidad de conversar sobre este interesante tópico, que puede cambiar la vida de muchas personas. –Al contrario, Gonzalo, muy agradecido por la oportunidad de conversar y publicar estas reflexiones y herramientas, que como dices, pueden transformar la vida de las personas y de los entornos en que se desenvuelven. Con la filosofía de que, al cuidar del otro, me cuido a mí mismo y viceversa.

Gracias por tus sugerencias y comentarios al correo: oasis_govara@yahoo.com.mx