Luz Gabriela Balcázar Murueta. Tercera Antología Internacional de Poesía (Sabersinfin)

 

 

LUZ GABRIELA BALCÁZAR MURUETA. Cursó la licenciatura en Contabilidad Pública en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Se ha desempeñado como organizadora de eventos culturales. Realizadora de talleres, conferencias, cursos, líder en relaciones públicas. Comercializa y distribuye la marca “Verde Betún”, comida vegana. Además, conduce y produce el programa Generando Consciencia, el cual se transmite a través de Sabersinfin.

 

EN MAYO

 

Buscaba dando tropiezos, refunfuñando por cada ocasión que vi el suelo de cerca y lo pesado del cuerpo que cargaba para volver a levantarlo, el llanto y mis resentimientos se hacían lodo con facilidad, tropecé sin darme cuenta de lo borrosa que era mi visión. Y en ese afán de haberlo encontrado tantas veces, detuve la prisa por el sonido de otras voces que gritaban ¡ese el camino!, siguiendo a otros terminaba en lugares de penumbra. Enojada, triste, decepcionada temerosa de no encontrarte, recuerdo una tarde de mayo mientras peinaba su cabello un delicado rayo de luz detuvo el movimiento, había silencio dentro y fuera, ese as nos invitó a vernos, mágica comunión el reconocernos lentamente, sentí que respiraba un solo ser para dos o, quizá para tres tal vez eran cinco, la desolación que me provocaba Kronos ante la indiferencia de mis peticiones a que detuviera solo para mí su tic tac, hasta sentirme como en ese momento, abrazada con amor, íntegra, eso era lo que me pasé buscando durante años y lo ignoraba ahora se había desvanecido, ya Kronos podía continuar, en el devenir tomé el presente de Aión, porque en ese momento el calor de la luz recorría de norte a sur disponiéndome a emprender un recorrido por llanuras, bosques, y con seguridad cruzando algún desierto. Después de mayo mi cuerpo no pesa, voy ligera acompañada siempre.

 

 

CONTINUAMOS SIENDO TÚ…SIENDO YO

 

¿Por qué continúo rondando tu mente?, me cuestionas, para mí no hubo acuerdos, ningún concilio ejercimos, dejamos el puente sin guardines con nuestras iniciales marcadas en los extremos del barandal, pisadas sin avanzar, un beso suspendido en medio del puente el que ninguno de los dos quiso cruzar. Y las rosas crecieron, así como los árboles, pasto y maleza el agua cristalina en el río siguió el cauce, como nosotros, que elegimos regresar para seguir con lo que conocíamos, continuar siendo nosotros.

¿Por qué continúo en tus pensamientos?, me preguntas molesto, recuerdo utópico que desnuda el deseo de dos que llegaron desfasados al amor, que sin saber hicieron de una melodía un hechizo que abre el cerrojo donde nos obligamos a encerrarnos, así como es de absurdo el calor de la luz que los robles sienten impidiendo que sus ramas se toquen, esos somos. No me atrevo a insinuar un “nosotros”, porque el tiempo y el espacio son implacables para los cobardes, los que dudaron de la posibilidad de cruzar un puente que construyeron.

Por qué continúo acompañándote, respiras profundo cerrando los ojos reteniendo un rostro que sonríe y que se disipa cuando exhalas, cierras la puerta y continúas siendo tú…siendo yo.