Luis Echeverría Alvarez, una anécdota

 

José Antonio López Sosa

 

Arriba y adelante con la revolución, fueron los postulados de campaña con la que ganó, como solía ser en los tiempos del PRI, con absoluta ventaja la elección presidencial Luis Echeverría Álvarez.

 Aún no nacía cuando el fue presidente, mi abuelo don Fernando Sosa, cubrió como reportero gráfico la fuente presidencial para El Universal en aquellos años y me platicó muchas anécdotas que reflejaron la personalidad de un político populista, que una mano la tendía y con la otra por detrás golpeaba, de un burócrata de la elite que por momentos se sentía hombre del pueblo.

 Recuerdo una anécdota que refleja parte de su esencia: una navidad durante su gestión presidencial, invitó a los reporteros que cubrían la fuente presidencial con sus esposas, además de otros invitados especiales a Cancún, el naciente desarrollo turístico del país. La celebración de nochebuena fue en las calles del centro de Cancún, una ciudad nueva que crecía desordenadamente a un costado del desarrollo turístico de FONATUR. Se trató de una fiesta popular, el pueblo entero estuvo invitado y el menú fueron tamales y atole. Así celebraron pues la navidad el presidente de la república, los funcionarios que le acompañaban, los periodistas con sus parejas y los demás invitados especiales. Una verbena popular.

 Al día siguiente, la noche del 25 de diciembre, el presidente y su esposa, María Esther Zuno, informaron a los periodistas e invitados especiales sobre una cena de desagravio, es decir, una celebración exclusiva para esos invitados especiales que le acompañaron a la fiesta popular en la nochebuena. La cena fue a todo lujo en la naciente zona hotelera de Cancún, echaron la casa por la ventana y agradecieron sobremanera a los asistentes el haber estado con el presidente y el pueblo en las calles de Cancún y, se comió y bebió sin límites –con la salvedad que el presidente Echeverría no acostumbraba beber alcohol–, y así todos quedaron satisfechos.

 Y así fue su obra de gobierno, privilegios para unos y tamales con atole para otros, además de los abusos que mucho se han documentado.