Los “puros” contra los “neo”

Victor de Regil

 

La definición en Puebla, por parte del partido oficialista, MORENA, está cada vez más complicado y rayando en una división que podría ser tan profunda que pueda hacerles perder las elecciones en 2024 y no retener el gobierno del Estado.

La guerra de Morena en Puebla, no es contra el PAN, el PRI u otra fuerza política, sino con sus mismos correligionarios.

Morena, en Puebla, se ha dividido en dos alas. La primera de ellas es de los morenistas que se consideran los “puros”. Estos, dicen tener el derecho de antigüedad por ser los formadores del partido, por haber estado siempre, dicen, con López Obrador, y jamás haber pertenecido a ninguna otra fuerza política.

Ese Morena, el de sus fundadores, jamás ganó nada relevante en Puebla, hasta 2018, puesto que no contaban con figuras importantes o de arrastre. Poco a poco, este partido se fue alimentado de perredistas y, principalmente, priistas que le apostaron al proyecto del hoy presidente López Obrador, y decidieron jugársela con él.

La otra ala, la de los “neo”, son aquellos morenistas que se fueron sumando a las filas del partido en 2012 y, principalmente, en 2017, así como todos aquellos que quieren subirse al tren del nuevo “partidazo”.

Estas dos corrientes o alas, tienen una lucha encarnizada, pues el proceso electoral de 2024, donde se renueva el gobierno del estado, 217 municipio, el congreso del Estado, diputados locales y senadores, ambos grupos se sientes con el derecho de pelear por las principales posiciones que están en juego.

En el ala de los “puros”, encontramos a personajes como Claudia Rivera, Rodrigo Abdala y Alejandro Carvajal, dentro de los más destacados y de los casi únicos que pueden presumir estar desde 2006 con el presidente López Obrador y que no han participado en ninguna otra fuerza política.

De estos 3 personajes, Rodrigo Abdala coquetea con la intención de quedarse con la candidatura al gobierno de Puebla. El es sobrino político de Manuel Bartlett y actual delegado del bienestar. De Abdala, se sabe, que aunque le interesa la gubernatura, el estaría más cómodo con un escaño en el senado de la república.

Respecto a Claudia Rivera, sabe que la única posibilidad que tiene de hacerse de la candidatura al gobierno estatal, es que sea por la cuestión de género que le favorezca. Aunque, al igual que Abdala, Claudia sabría que tendría una buena negociación quedándose con un escaño en el Senado o, posiblemente, la presidencia municipal de Puebla.

En el caso de Carbajal, su lucha es por la presidencia municipal, pues presume ser el único morenista que en 2021 repitió como diputado y el único de Morena en ganar en la capital. Se sabe que Carbajal no está obsesionado por la presidencia municipal y estaría dispuesto a quedarse con una diputación federal.

El caso de los “neo” es más complejo, puesto que son los que mejores números tienen para hacerse del gobierno del Estado.

El primero de ellos, el senador Alejandro Armenta, es quien tiene los mejores números en todas las encuestas que se han publicado. Con López Obrador apenas lleva 8 años, y viene de haber sido presidente Estatal del PRI y uno de los más distinguidos marinistas.

El segundo, su primo, el diputado federal Nacho Mier, ha seguido al presidente López Obrador desde el 2012, pero también tiene un largo pasado priista, partido en el que ha recorrido toda su vida política y es uno de los personajes más cercanos al aún poderoso ex gobernador de Puebla, Manuel Bartlett.

La lucha entre los “puros” y los “neo”, será encarnizada, pues es demasiado poder y recursos lo que está en juego.

Al final, seguramente vendrá desde la ciudad de México una decisión salomónica, una que garantice la unidad en éste partido pues, de lo contrario, la división y la fractura en su interior puede llegar a niveles de escándalo.

Los “puros” y los “neo” se necesitan para ganar el siguiente proceso electoral. En 2024 habrá demasiadas posiciones en juego que, si son inteligentes, sabrán que hay espacio para todos. Veremos de que tamaño es su generosidad política.