Lilia Cedillo, dos años sin tentaciones

 

Lilia Cedillo cumple sus dos primeros años al frente de nuestra Máxima Casa de Estudios de Puebla, la BUAP. Su llegada, la de la primera mujer en ocupar el cargo más importante de esta institución, cosa que para nada es menor, sin duda, generó alta expectativa pues no se encontraba dentro de las favoritas para llegar a esta posición, pues siempre su perfil fue totalmente académico, muy destacada por cierto, alejado de la política sumamente intensa que se vive dentro de la misma universidad.

Su llegada fue motivada por varios factores, principalmente porque no representaba alguno de los grupos con los que se había enemistado el ex gobernador Miguel Barbosa (aunque, ¿con quien no se enemistó el ex gobernador?) quien tenía una guerra a muerte con el también ex rector de la BUAP, Alfonso Esparza.

Para nadie es un secreto que, si el ex gobernador “dobló las manos”, para que Cedillo llegara a la rectoría, así como el mismo consejo universitario, fue por la intervención de la primera dama de México, Beatriz Gutiérrez Muller, situación que fue definitiva para su postulación y, a la postre, su triunfo.

Estos dos primeros años de administración han sido sumamente buenos para la universidad, pues gracias a las gestiones de la rectora, se logró concretar lo que desde hace años se viene pidiendo al interior de la universidad: la construcción de Ciudad Universitaria 2, situación que se ha logrado Gracias a las gestiones de la rectora a nivel estatal y federal. La obra ha iniciado y se espera este siendo inaugurada en un año, en la zona de Valsequillo, lo que también ayudará al desarrollo económico de la zona.

De igual forma, han sido dos años positivos porque la rectora Cedillo, porque no ha caído en la misma tentación que sus antecesores: meterse en la política.

José Doger, Enrique Doger, Enrique Águeda y Alfonso Esparza fueron tentados y cayeron todos excepto Esparza. Pero Esparza no cayó en la tentación simplemente porque no lo dejaron, porque abiertamente Barbosa le advirtió que en eso no se metiera y , Esparza, obedeció, prefirió el retiro profesional en paz y tranquilidad.

Se sabe que Cedillo mantiene una estrechisima relación de amistad y académica con la esposa del presidente. Aún así, no cayó en la tentación de inmiscuirse en la política, a pesar de que, todavía a inicios de año, algunas voces apuntaban que era la propia Cedillo la favorita de Beatriz Gutiérrez para que buscara la candidatura de Morena al gobierno de Puebla. Cedillo simplemente no escucho esas voces y se dedicó a trabajar.

Ciertamente, esos momentos de concentración total a la universidad eran los que necesitaba la BUAP, pues no era nada sano que los recortes no solo se distrajeran en los temas políticos sino que, además, tuvieran confrontaciones abiertas como los anteriores rectores. Esto, a pesar de las buenas administraciones de los ex rectores antes mencionados, no permitían que la universidad pudiera acceder a mejores presupuestos y una mejor calidad educativa para la comunidad universitaria.

Y es que todos, absolutamente todos, desde José Doger hasta Esparza, tenían conflictos abiertos con los gobernadores en turno, lo que los alejaba de la vida estudiantil, académica y universitaria que, al final es para lo que les irán.

Enhorabuena por los dos primeros años de Cedillo al frente de la BUAP, quien ya entendido que estos no son los mejores tiempos para meter a la universidad a la arena pública, en un contexto tan polarizado lo ideal es que, la Máxima Casa de estudios de Puebla, se concentre única y exclusivamente a su vida universitaria.

Cedillo le ha venido a dar una frescura y dinamismo a la Universidad que, en los últimos años, se había perdido.

En cuanto al presupuesto 2023 de la máxima casa de estudios, Cedillo Ramírez adelantó que se aprobaron más de 8 mil millones, que se dividió en más de mil millones en gobernanza; más de 457 millones para Corresponsabilidad Social; 4 mil millones para Educación Desarrolladora; más de 2 mil millones para el Modelo de Investigación Abierta.

En otro tema, la rectora destacó el evento en el que se colocó la primera piedra de Ciudad Universitaria II en la zona de Valsequillo, y que para 2030 en esa nueva sede habrá una matrícula de cerca de 30 mil alumnos. Además, destacó el respaldo del gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, para acompañar el proyecto.