IBERO reforzará edificios construidos que carecen de tecnología antisísmica

  • El primer edificio que se construyó siguiendo normas antisísmicas fue la Torre Latinoamericana, en 1956
  • El proyecto plantea la instalación en la cima de los edificios de una masa con peso proporcional al 5% de toda la infraestructura

Brenda Macías y Lourdes Mazorra/ICM

Con el objetivo de disminuir los daños estructurales que provocan los terremotos sobre los edificios construidos que carecen de tecnología antisísmica, el Dr. Mario Ramírez Neria, académico del Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (InIAT) de la IBERO, presentó avances de la primera fase del proyecto Control Activo de Vibraciones en Estructuras tipo Edificio, financiado por la División de Investigación y Posgrado (DINVP).

En un video publicado en el canal de YouTube de la DINVP, el académico presentó los resultados de simulaciones con estructuras a escala tipo edificios, en los cuales lograron reducir el 97% de oscilaciones con relación a otras técnicas aplicadas en estos casos.

Aunque desde 1985, después del terremoto del 19 de septiembre, México cuenta con un reglamento de construcción que incluye normas antisísmicas y, desde el año 2004, exige estas tecnologías en los nuevos inmuebles, la propuesta de la IBERO es aplicar su sistema a edificios altos ya construidos.

El proyecto, que se encuentra en su primera fase, plantea la instalación en la cima de los edificios de una masa con peso proporcional al 5% de toda la infraestructura, cuyo actuador se movería de un lado al otro durante el sismo, de tal manera que la energía del fenómeno se concentraría y se disiparía.

Actualmente, especialistas de la IBERO elaboran el dispositivo a partir de sus diseños sometidos a simulaciones.

El primer edificio que se construyó siguiendo normas antisísmicas fue la Torre Latinoamericana, en 1956, que se mantuvo en pie en los terremotos de 1985 y 2017, y se convirtió en modelo para otros, proyectados con diseños estructurales que les permiten resistir en zonas de alto riesgo.

Existen distintos mecanismos de control antisísmico. Los aisladores en las bases, el sistema de protección con amortiguadores y la colocación de un péndulo en el centro de los inmuebles son los más comunes a nivel mundial, pero implican generalmente que su instalación sea concebida desde el proyecto arquitectónico original.

La novedad y viabilidad de los investigadores de la InIAT destaca por la posibilidad de proteger edificios ya construidos, lo cual apunta a la salvaguarda del patrimonio edificado; pero, sobre todo, a la preservación de vidas.