El factor Abdala

Victor de Regil

 

Guste o no, lo merezca o no, el ex diputado federal Rodrigo Abdala Dartigues es el representante oficial del Gobierno de México en Puebla. Y es que, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina derritió la ley de hielo que la administración estatal le había impuesto al sobrino político del poderoso director de la CFE, el ex mandatario poblano Manuel Bartlett Díaz y le ha extendido la mano. Pero la responsabilidad como funcionario también conlleva una actitud y actividad política. Para el delegado de los Programas de Bienestar ha llegado el momento de definirse.

Hasta antes de la muerte de Miguel Barbosa Huerta, a Rodrigo se le consideró operador de Ignacio Mier Velazco. Hubo denuncias y evidencias.

A sus principales colaboradores se les ha visto como organizadores de actos del coordinador de los diputados morenistas en San Lázaro.

Su mano derecha, César Addi Sánchez, también funcionario federal, es identificado como operador de Nacho papá. Eso no tendría ningún problema. Cada quien es dueño de ir a entregar sus afectos a donde quiera.

Pero la labor en la Delegación de Bienestar es delicada. Ahí se manejan los programas lopezobradoristas. Ahí se define el destino de miles de millones de pesos.

Los funcionarios de la delegación definen a quién sí y a quién no se le entregan becas, pensiones, insumos…

Tiene una operación intensa a ras de suelo. Los Ejércitos del Presidente están ahí.

Ahí también se aceita con dinero público la estructura electoral que le dará viabilidad a la Cuarta Transformación (4T).

En el priato con los programas asistencialistas se construían las redes de apoyo electoral. Los programas, hoy de Bienestar, antes de Desarrollo Social, son la mayor trinchera clientelar. Por eso Abdala debe definirse.

Ya son una decena de ocasiones en que públicamente el gobernador Sergio Salomón le reconoce por su labor.

Él, en entrevista hace un par de semanas, ya se deslindó de Mier y de cualquier otro. Dijo algo así como que esa versión fue un invento de alguien. Pero hay denuncias. Muchas.

No podemos olvidar el gran poder que tiene Manuel Bartlett en el país y, ciertamente, en Puebla. Bartlett es de los pocos que el presidente López Obrador aún escucha, su voz es influyente y poderosa en Palacio Nacional.

Para andie es un secreto que el candidato a la gubernatura de Puebla por Morena por parte de Bartlett es Nacho Mier, por lo que no podemos dejar pasar las decisiones y apoyos que Abdala de a los suspirantes, pues son órdenes “superiores”.

En días pasados en un acto específico y oficial, se realizó una conferencia conjunta para el tema de fertilizantes.

En comunión, los gobiernos federal y estatal anunciaron la entrega del insumo a más de 100 mil productores este año.

Es recurso, programa y logística son federales. Pero el anuncio se dio en conjunto. Mostraron civilidad y colaboración. La buena relación va a seguir.

Si fue Abdala operador de Nacho Mier, ya es tiempo de un deslinde contundente. No basta una declaración en una entrevista banquetera, como la que hizo. Si nunca lo fue, también debe ponerle un alto a los rumores.

Así como revisar el comportamiento de sus colaboradores. Es indispensable.

Es el tiempo correcto y pareciera que la única oportunidad que tendrá.