Buenas noticias para Puebla, pues la armadora alemana Volkswagen comenzó la producción de Taos, un SUV que se encuentra a la mitad entre la Tiguan y el TCross. El modelo estará centrando en el mercado de Norteamérica, comenzando por México, lo que muestra el significado que tiene nuestro país para la empresa alemana. Afortunadamente, la inversión se da a pesar de los tropezones en el mercado mexicano, y es que aunque desde el 12 de mayo el sector automotriz fue incluido en las actividades esenciales, Puebla tardó prácticamente un mes más en autorizar el inicio de operaciones, lo que tuvo un impacto significativo, mismo que quedó retratado en las exportaciones de la entidad.
Para Puebla, las exportaciones automotrices representaban más del 80 por ciento antes de la pandemia, sin embargo, al finalizar el segundo trimestre de este año representaron tan solo el 57 por ciento. Por ello, no es sorpresa que el envío de mercancías de Puebla al exterior cayera 79 por ciento en comparación anual. En el segundo trimestre de 2019, Puebla era el décimo estado exportador con una participación de 4.41 por ciento del total de las mercancías que México envía al extranjero, pero para el segundo trimestre de 2020 ha caído ya a la posición décimo sexta, representando tan solo 1.52 por ciento del total nacional.
El retraso en la apertura de la manufactura automotriz significó un fuerte impacto para Grupo Volkswagen, el cual cuenta con dos plantas, una de la propia marca y la otra de Audi.
La empresa alemana es la cuarta mayor productora de automóviles en el país, con un acumulado, entre enero y septiembre, de 208,012 unidades producidas, siendo la Tiguan la que representó el 49 por ciento del total, y de las cuales se envían 8 de cada diez unidades a Estados Unidos; mientras que Jetta representa el segundo lugar en la producción con 43 por ciento del total y de los cuales se envían seis de cada diez a la Unión Americana. La planta de Audi produjo, hasta septiembre, 81,442 unidades del modelo Q5, de las cuales 36 por ciento fueron exportadas a la Unión Americana y 48 por ciento a Alemania. En cuanto a ventas, Volkswagen es el tercer mayor jugador, con 68,397 unidades vendidas entre enero y septiembre, más 6,451 de Audi.
Adicional al retraso en la autorización para comenzar a operar, Volkswagen enfrenta amenazas de cierre en su planta de Audi por parte de las autoridades de San José Chiapa, que le reclama un supuesto adeudo de más de 80 millones de pesos por concepto de uso de suelo.
Con todo y todo, Volkswagen anunció la producción de Taos, la cual requirió de una inversión de 400 millones de dólares y la contratación de 700 personas, a lo que habría que sumar la derrama por proveeduría.
Al respecto, el presidente de la compañía en México, Steffen Reiche, dijo que traer la producción requirió de un intenso cabildeo que forma parte de la apuesta que ha hecho Volkswagen en México desde hace muchos años, como lo demuestra la inversión de 7 mil 400 millones de dólares en la última década. Ciertamente, hace falta más soporte para fortalecer la proveeduría dado que algunos de los insumos, como los electrónicos, se tienen que importar desde Japón, Corea del Sur o China, así como en la proveeduría de acero y aluminio.
El sector automotriz está cambiando aceleradamente, alejándose de los motores de combustión interna, y las compañías requieren encontrar países en los que no estén sujetas a extorsión por los gobierno municipales o sean víctimas del cálculo político de los gobiernos estatales y, más allá de ello, requieren países globales pero con talento local para la producción y la proveeduría. Hay una enorme oportunidad para nuestro país en el siguiente lustro.