Gabriel Sánchez Andraca
El Partido Movimiento de Regeneración Nacional, está enfrentando los problemas normales en un partido que pese a haber llegado al poder con un porcentaje muy elevado de la votación ciudadana, todavía no es partido político propiamente dicho. Su dirigencia nacional perdió el tiempo lamentablemente, en grillas internas que impidieron que se creara la estructura necesaria para tener una buena organización y disciplina interna. Ni siquiera se preocupó por dotar a sus militantes, del conocimiento básico de su ideología política, de sus propósitos como gobierno, de sus metas y del camino a seguir para alcanzarlas. Los “morenistas” están desorientados, lógicamente desorganizados y ahora se están peleando por las candidaturas a las 15 gubernaturas en juego, a las diputaciones federales y locales y a los puestos de presidentes municipales, síndicos y regidores de casi dos mil ayuntamientos que serán elegidos en el mes de junio próximo.
Tiene problemas en Zacatecas, Nuevo León, Tlaxcala y Guerrero, porque sus militantes de base y parte de sus dirigentes, no aceptan el resultado de las encuestas para elegir candidatos a la gubernatura.
Están pidiendo se lleve a cabo una elección democrática, pues desconfían del sistema de encuestas. Y esto es el principio. Lo que se viene, será la marabunta de los aspirantes a ser candidatos a diputados federales y locales y a presidentes municipales.
La formación política de los militantes de Morena, es muy diversa, pues es un partido cuya composición interna está formada por ex priístas, ex panistas y ex perredistas. Todos pretenden que la selección de quienes serán candidatos, sea como han estado acostumbrados a hacerlo en sus partidos de origen: para los priístas, los candidatos a las gubernaturas, deben ser escogidos por el presidente de la república y su decisión es inapelable; para los panistas, la selección la hacía la cúpula de ese partido de acuerdo a los informes recibidos por sus comités estatales, sin consulta, sin elección interna y de preferencia un empresario destacado representante de lo que llamaban “sociedad civil”; los perredistas, esperaban la decisión de “Los Chuchos”, grupo que controlaba al partido en todo el país y cuya decisión, como la del presidente de la república en el PRI, era inapelable.
Es lógico pues, que ahora ese partido tenga un problema mayúsculo, que no previeron con anticipación y que en vez de organizarse, lograr la unidad de todos sus militantes en torno al proyecto de la Cuarta Transformación y conformarse como un verdadero partido, su dirigencia de dedicó frívolamente a comprar casas para ser la sede del partido en los 32 estados del país.
Hay un dicho que afirma, que cuando los políticos se suben al ladrillo del poder, si son inteligentes se atarantan, si no lo son, se vuelven locos. En el caso de Morena, llegaron al poder total en el país con un apoyo popular inédito. Es natural que eso los haya llevado no solo a la locura sino a algo más elevado que eso, y ahora ya no sepan qué hacer para calmar las cosas dentro de su propia organización.
HAY DIPUTADOS Y PRESIDENTES MUNICIPALES, que pese a su mal desempeño, a estar reprobados por los ciudadanos por el pésimo o mediocre trabajo realizado en sus distritos y municipios, y esto va para todos los partidos políticos, pretendan reelegirse, ahora que ya se puede hacer la reelección legalmente.
Pero la reelección debe ser un premio al buen desempeño, al trabajo efectivo en bien de la ciudadanía y no a la politiquería o al capricho de los funcionarios que concluyen el periodo para el que fueron electos. En una encuesta independiente que se hizo en los municipios de más de 50 mil habitantes, de la que informamos en este espacio, casi todos están reprobados. Los que pasaron la prueba, lo hicieron de panzaso, es decir, su calificación llegó con muchas dificultades a 6, pero la inmensa mayoría quedaron entre 2 y 5 por ciento de aprobación, es decir, quedaron descartados para una posible reelección.
LAS MEDIDAS ADOPTADAS POR EL GOBIERNO estatal, para proteger a la población del coronavirus que está atacando con más fuerza en el mundo, debido a las grandes aglomeraciones que se han suscitado por las tradicionales fiestas de fin de año, han sido acertadas y oportunas. No es por capricho que el gobernador Miguel Barbosa, haya semiparalizado al estado, sino por imperiosa necesidad.
La pandemia no puede rebasarnos, pues sería una tragedia sanitaria y económica. Los hospitales con mayor carga de trabajo para atender a los enfermos de Covid-19, son los de la capital del Estado, los de Huejotzingo, de Teziutlán y de Izúcar de Matamoros. En esta última ciudad, la mayor parte de los hospitalizados, proviene de los pueblos de la mixteca, que en esta temporada acostumbran visitar quienes hace tiempo salieron de ahí, para trabajar en los Estados Unidos. En el municipio de Puebla, el problema han sido las aglomeraciones que se han dado en las últimas semanas de diciembre. Hay que tener cuidado.
Ayer se emitió un decreto del Ejecutivo estatal, para abrir, bajo estrictas medidas de seguridad, las tiendas de juguetes a fin de que Los Reyes Magos, puedan hacer sus compras de regalos para los niños. Una buena decisión.