Prólogo Político
Por Álvaro Cepeda Neri
I.- La más creíble de las estadísticas con respecto a las remesas que son enviadas, sobre todo desde los Estados Unidos de América, es la que realiza el Banco de México. Y la que puntualiza que en lo que va de enero al mes de agosto del presente año, los mexicanos que trabajan duramente del otro lado de nuestra frontera norte, enviaron a sus familias 39 mil millones de dólares, lo que impide el mayor empobrecimiento. Son esos mexicanos quienes mantienen a millones de familias, pues no han dejado de enviar esas remesas. Las mismas que el mes pasado ascendieron a 3 mil 532 millones de dólares. Disminuyendo con ello el empobrecimiento que se ha recrudecido en el país, y que nos ha hecho retroceder a los tiempos de hace más de veinte años; es decir, antes del año 2000. El caso es que esos recursos no dejan de llegar para sustento de cientos de miles de hogares, como lo reportaron en sus informaciones: Guillermo Costañares, Silvia Rodríguez, Juan Carlos Orozco e Israel Rodríguez (El Financiero, Milenio, Reforma y La Jornada: 2/IX/20).
II.- Así que con base en el reporte del Banco de México, sabemos que ese ingreso en dólares apuntala la deteriorada economía mexicana y alivia en gran medida los daños causados por la paralización de las actividades económicas, que ha hecho que los mexicanos no reciban dinero, con lo que han reducido el consumo, ya que el coronavirus agregó un elemento inesperado a la crisis que se venta anunciando con el relevo presidencial lópezobradorista. Esta pandemia aceleró lo que ya es una recesión: desempleo, poquísima producción en general, desabasto de mercancías, agregando la falta de una política gubernamental para ayudar a las inversiones de todo tipo que se centran en empresarios que no reciben condiciones para sus fines; agregando a todo eso la salida de capitales. Por eso es que las remesas han significado un salvavidas nacional que ha facilitado la supervivencia de millones de mexicanos que dependen de ellas para su subsistencia diaria.
III.- Y es que solo en el pasado mes de julio, llegaron más de 3 mil millones de dólares en apoyo de familias de varias entidades, como son: Zacatecas, Chihuahua, Michoacán, Oaxaca, Sonora y Sinaloa, más Guerrero, etc. Desde que aparecieron los llamados “braceros” –allá por la década de 1940–, con los que ahora trabajan en el país norteamericano, tanto documentados como indocumentados, esos envíos han estado resolviendo problemas económicos que los gobiernos presidenciales, de Alemán a López Obrador, no han sabido solucionar. Por lo que esos mexicanos, mayormente dedicados al campo estadounidense, siguen resolviéndolos mes a mes y cada vez con mayores envíos, cuantitativamente. Gracias a ellos es que no han estallado, con violencia social, las diferentes pobrezas que llegan, otra vez, a la hambruna en varias regiones del territorio. Aquellos connacionales que se fueron a trabajar a los Estados Unidos de Norteamérica quedándose con muchísima frecuencia a radicar allá, y muy esporádicamente regresan de visita, no olvidan la solidaridad hacia sus familiares y mandan todo lo que pueden.