El diccionario inofensivo

José Antonio López Sosa

Esta semana rescaté un libro que tenía olvidado, lo leí por completo hace ya algún tiempo y es por el alto índice de creatividad y motivación al pensamiento, por lo que lo comparto en este espacio.

 

El autor es un tapatío llamado Ernesto Ruvalcaba, a decir verdad tiene varios títulos que nunca he visto, este llegó a mis manos porque me llamó la atención tanto el nombre como el contenido en la breve hojeada que le di aquella tarde en la librería donde me encontraba. 

 

“Diccionario inofensivo, ensayos sobre las cosas” lleva por título este libro, yo lo califico como un análisis de la cotidianeidad, todo aquello que para nosotros parece obvio y cotidiano es analizado con un gran carácter de empirismo y se nos presentan crónicas y reflexiones que desde distintos ángulos, nos hacen ver la importancia de cosas tan insignificantes como pudieran ser un tubo, una silla, una anforita o unas llaves.

 

En la definición de los tubos, por ejemplo, que el autor dedicó a Armando González Torres, cito una pequeña parte de su definición “Hay tubos de vidrio –como los tubos de ensayo, cuyo contenido fascina a más de uno—. También de madera –a los que de cariño se les nombra troncos. Cuando una princesa toma un tubo entre las manos se le llama pene. Cuando un escritor toma un tubo entre las manos, se le llama pluma –o bolígrafo, exclaman los yupis–. Cuando una princesa frota este tubo le extrae leche. Cuando un escritor frota ese tubo le extrae carroña”, ¿alguna similitud con la realidad?

 

Hay otra que llamó mi atención, la definición de los botes, aquí un fragmento de su reflexión: “El bote más útil es el bote de la basura. Ahí deberían ir a dar las cartas de amor, las novelas balbucientes, los desplegados en contra de o a favor de, los manifiestos. Los discursos de los políticos, los guiones cinematográficos, los exámenes de sangre y los escolares. Los poemas epopéyicos,

las cartas de los suicidas, los anónimos de baja estofa. En los botes de basura se han encontrado fetos, o de plano bebés recién nacidos. También armas, puñales aún ensangrentados, pinturas de Rembrandt y partituras de Bach”

 

Así pues, podemos encontrar una serie de definiciones y comparaciones que alguna vez pudiésemos haber pensado sobre algunas cosas insignificantes, pero nunca conjuntarlas y verlas plasmadas en una obra que no sólo entretiene, sino hace

percibir la realidad desde un ángulo distinto. Parte de la magia de esta obra es el intenso trato de lo cotidiano, ¿quién iba a pensar que tantas cosas se pueden hablar de un simple foco?, ¿quién iba a pensar tantas cosas sobre una mesa?, reflexiones

que van desde el vínculo con la realidad hasta el plasmar la percepción y vida personal del autor en cada una de estas “cosas” que existen a diario y en ocasiones dejamos de ver, las vemos pero no las vemos, así suele suceder.