DETRAS DEL PODER. El lado B del ser humano

José Antonio López Sosa

Mucho revuelo ha causado la serie «El juego del Calamar», esta producción coreana que irrumpió en la escena de la televisión bajo demanda a nivel internacional.

Escuché de todo antes de verla, opiniones a favor y en contra, a quienes les causó interés y a quienes les dio asco, en fin, como toda obra tiene sus adeptos y detractores.

A mi me pareció el descubrir ese «lado B» del ser humano, eso que llaman instinto de supervivencia que puede traducirse en la forma despiadada en la que se convierte la competencia por sobresalir o sobrevivir.

Me parece un complemento sociológicamente hablando, de la película «El Hoyo», donde también se devela el lado insintivo de un aminal social, cuyos principios y valores son relativos de acuerdo al estado de supervivencia o competencia donde nos encontremos.

La obra sintetiza muy bien lo que sucede con la mayoría de la gente en el sistema económico y político que prevalece en el mundo, no se trata de ser un comunista que pretenda desaparecer al capitalismo, pero sí de analizar con detalle todas las contrariedades que en su modo salvaje produce a la sociedad, en un sistema donde claramente no existen las mismas oportunidades y se deja ver como igualitario, en un entorno donde hay privilegios claros y marginación al extremo.

Más que el lado del juego o del morbo, me pareció una obra muy interesante a nivel de análisis social, se desarrolla en Corea del Sur pero ese entorno pudiera ser en México, los Estados Unidos, cualquier país europeo o latinoamericano, se trata de un común denominador de las clases desfavorecidas, ya sea por falta de oportunidades o por causa del propio individuo, como le sucedió al actor principal.

Nos horroriza quizás el ver en la pantalla como unos se van sobre otros sin piedad, se trata de dilucidarse entre la vida y la muerte, pero ¿cuántas veces en la cotidianeidad hay personas que se van unas sobre otras sin piedad?,  y no hablo de competencias, me refiero a los excesos de unos sobre otros, de esos alevosos que nada tienen que ver con las capacidades.

En fin, una serie que vale la pena analizar desde varios ángulos, que mueve lo profundo del ser y del deber ser, de qué hacemos como raza y como entes, individuales y colectivos en una sociedad que pareciera ir hacia adelante, pero en momentos por cada paso adelante, da unos cuatro o cinco atrás.