Victor de regil
Lo que respecta a la selección de quien será el candidato de Morena a la alcaldía de la capital poblana, se encuentra en el limbo por definir a quien será el mejor perfil para, según ellos, recuperar la capital del estado.
Y es que, a diferencia del proceso a la gubernatura, donde había solo dos aspirantes con reales posibilidades de quedarse aquella candidatura, Alejandro Armenta y Nacho Mier, el tema de Puebla capital tiene una complejidad tan grande, que el riesgo de ruptura es latente. Casi dos decenas de aspirantes se han inscrito. Pero la competencia real se reduce a un puñado. Posiblemente, no más de seis.
Lo que es una realidad es que la selección final entraña grandes dificultades. Muchas dudas que siguen sin despejarse. Lo que si es un hecho es que se ha puesto muy buena la contienda.
Es de suponerse que las encuestas, como en los procesos nacional y estatal, serán determinantes.
Pero, de manera especial, tendrá que llegarse a la ponderación política.
Hay dudas que, si tuviéramos la respuesta, podríamos entender quien sería el o la elegida. ¿Alejandro Armenta será consultado?, ¿llevará mano el gobernador Sergio Salomón en esta decisión?, ¿será desde Palacio Nacional donde se defina a su candidato?, ¿Realmente harán caso a lo que digan las encuestas?, ¿Claudia Sehinbaum tendrá algún favorito?, su opinión será tomada en cuenta?
Lo que es una realidad es que Pepe Chedraui tiene el apoyo del mandatario poblano, y de la nomenclatura empresarial y política de Puebla, además de que ha sabido tejer con personajes de la cúpula estatal de Morena.
Es ingenuo pensar que su presencia en actos clave y su acercamiento con los dirigentes partidistas y parlamentarios del lopezobradorismo ha sido sólo para la foto de Facebook o Instagram. Hay mucho detrás y ese mucho tiene matiz de aceptación a sus aspiraciones.
Otro personaje que ha levantado la mano, es el diputado federal Alejandro Carvajal quien, efectivamente, tiene buenos números, aunque pudieran no ser suficientes.
Sin embargo, en respaldo de su aspiración está el fundador de El Barzón y ex presidente de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, quien es también uno de los cercanos a la presidenciable Claudia Sheinbaum.
Uno de los nombres más importantes que también han levantado la mano, es el de Rodrigo Abdala, quien da la impresión de que tiene todavía el respaldo de su tío político y ex gobernador, Manuel Bartlett. El ex delegado de Bienestar fracasó en su intento de conseguir la coordinación estatal, pero ha dado sobradas muestras de disciplina.
Sin embargo, no son pocos quienes señalan que si Abdala, con todo el aparato de Bienestar a su alcance, no pudo lo más, tampoco podrá lo menos.
El diputado local José Antonio López es, en tanto, la carta del Partido del Trabajo (PT), quien sigue haciendo su trabajo y quien no ha dejado de exigir la candidatura de la capital como cuota de la alianza con Morena y PVEM.
Pero algo que le vino a poner sabor al proceso, fue la reciente aparición, casi una irrupción, de Claudia Rivera Vivanco, la ex alcaldesa levantó la mano para regresar al Palacio del Ayuntamiento.
En rueda de prensa, dijo que esa es una de sus opciones y la otra es la competencia al Senado de la República, en la segunda fórmula que se supone que es para el PT -es decir, para Liz Sánchez, ex secretaria estatal de Bienestar-.
Guste o no su aspiración, es ella la competidora a vencer. La favorece sobre todo el género. Su tercer lugar en las encuestas para la gubernatura le proporciona suficientes argumentos para negociar.
Se supone que aún cuenta con el respaldo del grupo nacional de Bertha Luján y su hija Luisa María Alcalde, hoy titular de la Secretaría de Gobernación federal. Como siempre, dirá que es una fundadora. Lo que es estrictamente cierto, a pesar de sus altos niveles negativos.
Es difícil que dejen a Claudia Rivera fuera de la boleta: ya sea para la alcaldía o ya sea para una diputación federal o local.
Lo cierto es que la puja por la candidatura de Morena a la presidencia municipal de Puebla se ha puesto tan interesante como dramática. La decisión que tome Morena estará llena de obstáculos.
De valoraciones sobre la competitividad, el origen partidista, la experiencia, los negativos, los positivos, la influencia de los grupos locales y nacionales, y la opinión de las voces que hoy por hoy más importan.
Alejandro Armenta no puede cargar con un lastre en la campaña; debe acompañarse de un activo, de alguien que le sume, no que le reste en la zona urbana, además, donde predomina el voto panista desde al menos 2019.