¿Y el MC poblano?

Victor de Regil

 

La autollamada “tercera vía”, el partido Movimiento Ciudadano (MC), que a nivel nacional encabeza Dante Delgado Rannauro, hace tiempo, por lo menos desde noviembre de 2022, que está desmantelado en Puebla.

Y es que, como todo mundo lo sabe, su estructura real está hoy con Nacho Mier. Su aún dirigente formal, el diputado local Fernando Morales Martínez, es menos que un bulto en el concierto político poblano, pero ha sobrevivido porque se convirtió en un vendedor de humo: ofrece mentiras y una fuerza imaginaria al senador veracruzano, quien no tardará en darse cuenta del embuste.

Ciertamente, quien fue siempre el verdadero operador en MC-Puebla y quien le logró aportar una amplia militancia, Ernesto Guerrero Aguilar, está con el diputado federal y respalda su proyecto a la gubernatura.

La aportación de un equipo de promotores y líderes que antes estuvieron con MC es abundante, desde que Guerrero se sumó a Mier. Y sigue creciendo, lo que le ha permitido al diputado federal crecer en las encuestas.

Recordemos que en noviembre del año pasado, cuando rompió con Morales, el entonces secretario de Acuerdos de la Comisión Operativa Estatal de MC, Ernesto Guerrero, de un día a otro desfondó a ese partido.

Se llevó a  gente fundamental para este partido, a las cabezas operativas de Puebla capital, San Martín Texmelucan, Atlixco, Teziutlán, Acatzingo y otras ciudades y cabeceras distritales de la entidad.

Ha venido sumando más y más ahora ex militantes de MC al proyecto de Nacho Mier. Su agrupación se llama Ciudadanos en Movimiento. Hasta el nombre del partido, en esencia, se llevó con él.

Ernesto Guerrero, a diferencia de Fernando Morales, hijo del ex gobernador Melquiades, sí ha recorrido el estado. Sí lo conocen. Sí construyó bases. Sí ha gastado suela y saliva, a lo largo de los años.

Mientras tanto, Fernando Morales, mejor conocido como el “eterno junior”, no sale de sus reuniones sociales, de copas y risas, en la zona de Los Fuertes.

Las diferencias con el hijo de Melquiades Morales fueron precisamente por su actitud y su nulo trabajo.

Ernesto Guerrero nunca recibió ni el apoyo ni el reconocimiento por el trabajo que hacía como el verdadero dirigente estatal de MC-Puebla.

Por ello encabezó una justificada disidencia interna.

Avisó a la dirigencia nacional de los continuos yerros de Morales y de sus prepotencias y poses de diva. Lo exhibió con pruebas. Pero no fue suficiente.

En cambio, vinieron ataques y señalamientos infundados, por parte de Fernando Morales, utilizando para ello la burocracia partidista.

De ahí que el ahora líder de los “Ciudadanos en Movimiento”,  haya decidido tomar su propia ruta y camino, llevarse la estructura real de los emecistas poblanos y sumarse al proyecto de Ignacio Mier.

Ya le ha hecho varios actos buenos. Nutridos. Ha comprobado que tiene la fuerza real, por encima de la franquicia partidista poblana.

En tanto, el ex priista Fernando Morales sigue en sus francachelas y mintiéndole a Dante Delgado.

Por ejemplo: vende la loca idea de que MC-Puebla debe ir solo en 2024. Que no necesita al PAN, al PRI ni al PRD.

La alianza no le conviene.

Y es que así, solo, haría más “negocios”, seguiría haciendo lo que le plazca con las prerrogativas y, además, conservaría su diputación local plurinominal, que en el fondo es lo único que le importa.

¿Notará esta vez Dante Delgado la tomadura de pelo?