Tu pausado latido me acaricia

Salvador Viveros                                                                                                         Veracruz, México

 

y respiro en tu selva de luciérnagas,

cual láctico cortejo bajo el cielo;

espejo donde el vasto mar confunde

el albor de las estrellas y peces,

con el rubor de los peces y estrellas.

Bajo el brillo de tu acuosa mirada

un efluvio de esperanza dimana.

Un colibrí en tu seno se acrecienta,

con melodiosa voz audaz retoza.

La ternura del lago de tus ojos,

amorosas gotas de luz irradian,

envolviéndome en su cálida aureola;

soy un plumaje vuelto a su nidal.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *