Por Raúl Torres Salmerón
Las aguas negras o residuales revelan el consumo de drogas en cada ciudad, esas que circulan por las alcantarillas de las grandes ciudades delatan las drogas que se consumen en tierra.
Un estudio del Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías, en inglés European Monitoring Centre for Drugs and Drug Adiction (EMCDDA), analizó aguas residuales de cien ciudades de 21 países europeos para explorar los hábitos de consumo de sus ciudadanos. Las siguientes son las principales conclusiones:
-Se encontraron rastros de cocaína, ketamina, anfetaminas, cannabis, metanfetamina y MDMA o éxtasis, en casi todas las urbes inspeccionadas.
-En el sur de Europa, incluida España, donde hay datos de Barcelona, Tarragona, Lleida, Santiago de Compostela, Valencia y Castellón, hubo una carga más alta de cocaína, mientras que en el este del continente, destacó la presencia de metanfetamina.
-Ambas sustancias están al alza y la metanfetamina, de gran preocupación para los expertos por su potencial destructivo, gana terreno.
-Las muestras de aguas residuales pueden contar historias reveladoras sobre la vida de una comunidad y pueden proporcionar una advertencia temprana de amenazas emergentes para la salud.
-Cada ciudad es un mundo y no es fácil compararlas entre sí porque hay que tener en cuenta tamaño, visitantes, la semana en la que se toman las muestras y que no coincida con fiestas que puedan distorsionarlas o incluso, el agua de la lluvia.
-Los patrones del estudio reflejaron una imagen de un problema de drogas que es extenso y complejo, con las seis sustancias detectadas en casi todos los lugares.
-El modo operativo consiste en tomar muestras de una fuente de aguas residuales y analizar los niveles de drogas ilícitas y sus metabolitos excretados en la orina. Con estos datos, los científicos pueden calcular la cantidad de sustancias consumidas en una comunidad.
-Las muestras se recolectaron entre marzo y abril de 2022. Los resultados de la investigación revelaron que el patrón de consumo es muy heterogéneo y variable entre ciudades.
-La presencia de cocaína sigue siendo más alta en las ciudades del oeste y sur de Europa y en particular, en ciudades de Bélgica, Países Bajos, Portugal y España.
-Se observó una imagen relativamente estable del consumo de cocaína entre 2011 y 2015 en la mayoría de las ciudades. El 2016 marcó un punto de inflexión, con aumentos observados en la mayoría de las ciudades cada año desde entonces.
-La carga más elevada de anfetaminas se reportó en el norte y centro de Europa, como Suecia, Bélgica, Alemania, Países Bajos y Finlandia. En el sur de Europa, los niveles son más bajos.
-La metanfetamina que históricamente estaba concentrada en la República Checa y Eslovaquia, gana terreno hacia el oeste del continente. Los datos de aguas residuales muestran su presencia en Bélgica, el este de Alemania, España, Turquía y el norte de Europa.
-Las cargas más altas de MDMA o éxtasis se encontraron en las aguas residuales de ciudades de Bélgica, República Checa, Países Bajos, España y Portugal.
-Se mantiene el patrón de consumo de cannabis en el centro y el sur de Europa, sobre todo, en ciudades de la República Checa, España, Países Bajos y Portugal.
-Sobre la ketamina hay pocos datos. El año 2022 es, de hecho, el primero en el que se publican datos de esta sustancia. Los residuos más elevados se encontraron en Dinamarca, Italia, Portugal y España.
¿Se imagina realizar un estudio de este tipo en la República Mexicana o en Puebla?
El lago de Valsequillo sería un muestrario interesante para analizar el consumo de drogas de los poblanos.
En fin, como escribió Ricardo Linares en su poema Di no a las Drogas:
No sabes lo que haces,
ignoras lo que pierdes,
di no a la droga
porque la vida no se detiene.
raultorress@hotmail.com