Rochy Karam. Tejedora de Emociones a Través de la Palabra Escrita. Veracruzana de nacimiento, inició su viaje literario a los 11 años, escribiendo cuentos infantiles en su diario, explorando sus pensamientos más íntimos y dando alas a sus fantasías. A sus 17 años, Rochy atravesó un duelo inesperado al morir su mejor amiga y se refugió en la poesía como un acto de sanación. Rochy se aventuró a estudiar Letras Modernas Francesas en Nantes, Francia. Ella fusiona su poesía y narrativa con su pasión por la psicología y entendimiento del ser humano. Es una mujer en constante búsqueda de la superación personal, es miembro activo del Instituto de Escritura Creativa de la Comunidad Literaria del Siglo XXI a cargo de la escritora y poeta Mirtha Castellanos Zequera. Actualmente se encuentra en la creación de sus próximos libros, con los que espera inspirar mentes y corazones, titulados: Floreciendo en un Nuevo Amanecer, que es una novela autobiográfica, e Historias Cortas de Amor y Desamor.
MUJER DIVINA
En el brillo de sus ojos,
vi la aurora despertar,
mujer, joya divina,
en la tierra brillar.
Con gracia y fortaleza,
al mundo enfrentar,
y en cada paso,
tu esencia dejar.
Tu corazón,
jardín de flores en capullo,
donde amor y bondad
son el dulce sabor.
En cada gesto,
en cada palabra,
tu esencia irradia luz,
cual estrella solemne y clara.
Con sabiduría,
iluminas senderos,
con manos suaves,
sanas los desvelos.
Eres fuerza indomable,
alma resiliente,
mujer,
en tu ser,
lo divino es latente.
Madre, hija, amiga,
en múltiples roles,
te despliegas con gracia,
sin miedo a los obstáculos.
En tu risa se esconde
la melodía del viento,
y en tus lágrimas,
el mar eterno y lento.
En el baile de las estrellas,
tu danza se entrelaza,
eres la esencia misma,
la luz que todo abraza.
En el lienzo de la vida,
tú eres,
la inspiración de poetas,
el canto del ruiseñor.
Mujer,
en cada verso,
se enaltece tu ser,
tu luz nos anima.
Eres la musa eterna,
la inspiración divina,
con la fuerza de mil vientos,
con la gracia femenina.
En cada latido del universo,
en cada estrella,
se refleja tu grandeza,
mujer, eterna doncella.
Con tu voz suave y firme,
despiertas corazones,
y en tu mirada profunda,
se encuentran las razones.
Eres flor que florece
en el jardín del amor,
la musa inspiradora
que enciende la pasión y el fervor.
En cada paso que das,
dejas huellas de tu esencia,
mujer,
eres poesía en movimiento,
pura presencia.