Gabriel Sánchez Andraca
Hemos comentado aquí sobre la total desorganización que existe en los partidos políticos, y el plazo para realizar este trabajo se acorta cada día más y no vemos nada serio para lograrlo antes del 2024, año en que se renovarán los poderes federales y la mayor parte de los poderes estatales y municipales.
Hasta ahora las dirigencias nacionales y locales de todos los partidos han demostrado incapacidad para llevar a cabo un trabajo serio y bien hecho, dedicados todos a la “grilla política” o guerra sucia, que en vez de ayudar dificulta más la realización de esa tarea.
EN EL PRI, EL PARTIDO MAS ANTIGUO DE TODOS los partidos existentes en nuestro país, tienen declarada una guerra con su dirigente nacional, que cada día se ahonda más y no se ve como terminarla.
POR LO QUE RESPECTA AL PAN, EL PARTIDO CONSERVADOR que ya cumplió o está por cumplir 83 años de existencia, sus dirigentes se están dando cuenta de que su partido no ha podido avanzar en la captación del voto ciudadano, porque es un partido de élites y no un partido popular, y a estas alturas, quieren convertirse en un partido al que puedan concurrir los ciudadanos de todas las clases sociales y no solo “la gente decente” formada en instituciones educativas privadas y con una mentalidad muy suigéneris, que nunca se ha preocupado por la población índigena, por los obreros y las clases medias populares de los grandes centros de población.
HABLANDO DE LOS TRES PARTIDOS QUE DURANTE varias décadas fueron importantes, el PRD, lo ha perdido casi todo. No tiene registro en 22 estados del país, por no haber alcanzado el mínimo legal para mantenerlo vigente en las votaciones locales recientes. Mantiene su registro nacional, prendido de alfileres: ha perdido su línea ideológica, está perdiendo sus registros locales, la mayoría de sus militantes se trasladó al Movimiento de Renovación Nacional, Morena, y ahora es aliado del PRI y del PAN, con las consecuencias que eso provoca en su militancia ideologizada.
LOS PARTIDOS CHIQUITOS, SIGUEN MEDRANDO AL amparo de los partidos más importantes para no perder su registro y seguir teniendo su raquítica presencia en las cámaras de senadores y de diputados, así como en los congresos locales y en algunos ayuntamientos.
Pero lo que más les importa, es seguir recibiendo el jugoso subsidio, casi siempre millonario, que les otorgan el gobierno federal y los gobiernos estatales y que ocupan para su gasto corriente entre el que figura, el pago de sus dirigentes locales, la renta de sus oficinas y el pago de personal de oficina y de servicios.
Si no se pone remedio a esta situación, así continuaremos hasta que llegue la 5-T.
LA REUNION ORDINARIA DE LA COMISIÓN DE Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) citó a comparecer al Fiscal General del Estado de Campeche, Renato Salas Heredia. El motivo era para ayudar al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, que tiene denuncias por varias cosas, pero sobre todo por haber utilizado dinero público para enriquecerse.
La Comisión de Vigilancia de la ASF, la preside el diputado Pablo Angulo, que quiere ayudar a un amigo, que fue su jefe y que lo impulsó en su carrera política y quedar bien con el tal “Alito”, que se ha convertido en una pesadilla para los priistas.
Pero resulta que el acuerdo de los diputados federales resultó ilegal, según informó en conferencia de prensa el coordinador de la diputación federal de Morena, Ignacio Mier Velasco, pues no hubo quórum en la reunión convocada ayer y además, los diputados federales no pueden citar a funcionarios estatales, salvo en Conferencia para la Dirección y Programación de los Trabajos Legislativos, integrado por la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política. Desde luego que en este caso, el funcionario citado a comparecer, no se presentará.