PULSO POLITICO. ¿Qué vino a hacer Calderón a Puebla?

Gabriel Sánchez Andraca

Nada, solo vino a que lo vieran. Los ex presidentes panistas, Vicente Fox y Felipe Calderón, los peores presidentes que ha tenido el país en las últimas décadas, son muy distintos a los ex presidentes, priistas. Estos una vez que deja el poder, se aíslan y no vuelven a meterse en política. Reciben los ataques de adversarios políticos en silencio. Muy raro ha sido el que ha dado respuesta a esos ataques, tal vez Díaz Ordaz, que tan atacado fue cuando era presidente y después de haberlo sido, pero esa es una historia derivada del acto de represión más grande realizado durante un gobierno priísta.

Los ex presidentes panistas se ven mal, dan lástima viendo como después de haber realizado un pésimo papel al frente de los destinos nacionales, ellos quieren seguir figurando, como si quisieran erigirse en consejeros de todos los gobiernos que los sucedan; como si quisieran tener el reconocimiento de los ciudadanos, después de haber reprobado todas las materias políticas en las que deberían ser expertos.

La presencia de Calderón Hinojosa en la toma de posesión del presidente municipal de esta capital, Eduardo Rivera, no significó nada para nadie: el señor ya ni siquiera es panista; fue el protector del gobernador, ya fallecido, Rafael Moreno Valle Rosas, que nunca fue panista auténtico. Ni siquiera protegió a su correligionario, ese sí auténtico, Eduardo Rivera Pérez, de los abusos que el gobernante estatal cometía en contra del entonces presidente municipal de Puebla, en su primer paso por ese cargo. La primera vez que se vio el desprecio que Moreno Valle Rosas tenía contra Rivera Pérez, fue en la primera ceremonia del Grito, que presidió en el palacio municipal. Lo sustituyó, como segunda figura de la fiesta, por el senador Javier Lozano Alarcón. Después siguieron tratos discriminatorios, hasta terminar por acusarlo, al final de su mandato, como corrupto y a punto estuvo de llevarlo a la cárcel, como ya le hemos contado aquí en otras ocasiones.

La presencia del dirigente nacional del PAN, el peor dirigente que ha tenido ese partido a ese nivel, en toda su ya larga historia de 83 años, Marko Cortés, se explica. Haber triunfado el PAN en una de las capitales más importantes del país, por lo menos disfraza la grave crisis por la que pasa el partido de la derecha: caída vertical de su militancia, mediocridad de dirigencias nacionales y locales, división interna, pérdida de identidad ideológica y un largo etc., etc.

Por el contrario, la presencia del gobernador Miguel Barbosa Huerta, fue positiva, pues el mandatario asistía a la toma de protesta de los integrantes del ayuntamiento de un partido adversario al suyo y su ofrecimiento de apoyo total para superar los problemas existentes en la capital del estado, fueron muy bien recibidos por el público asistente y por toda la ciudadanía.

Por cierto, el gobernador rompió record en la asistencia a las tomas de posesión de ayuntamientos de la sierra norte y del centro de la entidad: estuvo en Chignahuapan, en Zacatlán, en Tepeaca, en Puebla y en algunas otras partes.

ENTRE LA CIUDADANIA POBLANA, hay esperanza de que el nuevo ayuntamiento presidido por el señor Rivera Pérez, cumpla cabalmente sus ofrecimientos y sobre todo, que cubra los cientos de baches, algunos verdaderos socavones, que hay en esta ciudad por todos los rumbos. Ha sido una de las causas que le han generado en los últimos meses, las mayores críticas  a la ex presidenta Claudia Rivera, que no tuvo un programa bien pensado, bien hecho, para dejar a esta capital, mejor de como la recibió.

LE COMENTAMOS A UN VIEJO AMIGO, militante del PRD, sobre el proyecto de refundación del partido y la falta de respuesta de los militantes de la capital y de la provincia, pues quienes convocan a esa refundación, son los mismos que lo hundieron.

Su respuesta fue: “Como quieres que reaccionen los militantes, si el PRD ya no tiene militantes. Los perredistas que quedan, están en las dirigencias nacional y locales. Yo creo que el partido ya no podrá recuperarse. Bueno, a menos que ocurra un milagro”.

LA RENOVACION DE LA DIRIGENCIA PANISTA en Puebla, se está complicando: Hay una fuerte corriente que se opone a la reelección de doña Genoveva Huerta, porque representa a la corriente morenovallista, creada por el primer gobernador panista del estado, no para fortalecer al PAN, sino para fortalecerse él. Sus amigos, integrantes de esa corriente, quieren que la actual dirigente continúe en al mando, pero hay una corriente numerosa que se opone a eso y en esa corriente esta Ana Teresa Aranda Orozco, aguerrida militante de la primera ola del neopanismo, no como aspirante, sino capitaneando al grupo que apoya a doña Augusta Valentina Sánchez y Díaz de Rivera (hasta tiene de esos nombres que les gustan a los democráticos panistas) que ya ha sido diputada y algunas otras cosas dentro de su partido.

Sin embargo, se sabe que don Marko Cortés, el flamante dirigente nacional del PAN, es partidario de la reelección. Y don Marko, demócrata, lo que se dice Demócrata, no es.