Los presidenciables del PRIPAN

Javier Gutierrez

Cuando algunos vieron llegar a Vicente Fox con semejante sombrero negro, pensaron que se dirigía a un aquelarre. Algunos personajes que llegaban a “El Cardenal” reforzaban la sospecha. Pero no, es junio y no noviembre.

Era el acto en el que el PRIPAN fijaba las reglas para elegir a su candidato presidencial. Ahí estaban personajes de distintas épocas. Una amplia sección de impresentables con su abanderado de lujo Alito Moreno, el presidente del PRI. Rostro estirado, cejas depiladas, uñas cuidadas por un caro manicurista.

Ahí estaban los precandidatos presidenciales. Rostros felices, clima festivo de unidad y futuro. También flotaba en el ambiente un tufillo de desconfianza mutua. Años de rivalidades, reales y aparentes. Tiempos actuales de fraternidad, también real y aparente. Por eso la atmósfera de recelo, de sospecha. Nadie sabe qué tiempo habrá de durar esto.

Los presidenciales en sitios estelares, muy saludados y apapachados.

Allá destaca la personalidad fresca, brillante, magníficas cartas académicas, habla tres o cuatro idiomas, Enrique de la Madrid. Un joven que se mueve bien, con soltura y solidez.

Lástima que le pesa como una loza la figura y peso del padre, don Miguel, figura central en aquel sexenio de la tibieza, cuando ante el sismo de miles de muertos el hombre se quedó petrificado. El vástago es ante todo un urbanita. No ha tocado el polvo del ejido. Nació en pañales de seda sin culpa alguna. ¿De ahí partir para representar a este pobre gran país…? Como que le cuelga el hábito a San Francisco…

¿De esa cuna emerger para suceder a uno que se forjó más de 30 años en los terregales y que le sabe hablar a Juan Pueblo? Está ojona para ser paloma…

Ahí estaba también José Ángel Gurría, excanciller, ex de Hacienda con Zedillo, exsecretario General de la OCDE, y ex de muchas cosas de la élite mexicana, dentro y fuera de México. ¿Le dirá algo este nombre a don Anselmo Navarro, de Totoltepec de Guerrero, en el corazón de la mixteca poblana? Sólo dios padre…

¿Conocerá los municipios del país, aparte de todos los restoranes de lujo de la capital? ¿Entenderá el acento de los costeños de Sinaloa o el habla folklórica de los de Alvarado y la región del Sotavento? ¿Habrá palpado la callosa mano de un campesino del Valle del Mezquital o de un minero de Chihuahua? Ve tú a saber…

Xochitl Gálvez repartía sonrisas, saludos y leperadas. Así habla ella, la vulgaridad a la altura del arte. La tosquedad como tarjeta de presentación. Ella defiende su lenguaje, lo usa como un estilo, como una prenda de orgullo. Hay quienes la festejan de dientes para afuera, a la vuelta la describen como pieza pintoresca del folclor nacional, una flor vernácula que puede ser con toda legitimidad hija predilecta de Tepito. Y por ese camino hasta la Presidencia, “¡por qué chi… no?!”

Cinco o seis grillos rodean a Beatriz Paredes. Ella, enfundada en sus holgados vestuarios y con sus males a cuestas domina bien la escena; de lejos se ve como una venerable matrona de la sierra de Chihuahua o de los coras, que da cátedra del buen hablar a sus admiradores, les cuenta anécdotas y remedios para salvar al país.

La tragedia es que no la escuchan, que se le pasó el tiempo y se quedó en el México lopezportilleano, cuando endulzaba con pico de oro el oído de los jerarcas del palacio. Es una lástima, se le fue el tren. Domina bien el verbo y “El manual del buen priista” de los años setenta. En su narrativa no cabe ni un gramo de autocrítica y menos crítica hacia quienes usurpan su partido, como Alito y Murat y Moreira… Ahí topa con pared su docta oratoria. Ironía: pared contra Paredes…

Allá se ve a Lilly Téllez, quien llegó al senado por obra y gracia de López Obrador. Hoy es su acérrima enemiga. Cumple perfectamente la lógica. Dos por aquí junto comentan: “Lo que son las cosas, nadie le dijo al Presidente que tuviera cuidado, que quien hoy le lame los zapatos mañana le muerde la pierna.”  C’est la vie… Mariana. Así es la vida, Lilly. Por ahí dejó en el camino la señora Téllez los treinta denarios…

Santiago Creel, el senador pulquérrimo. La historia lo registra como quien entregó más permisos para casinos y casas de apuestan que en los sexenios de Echeverría y Zedillo juntos. Más de ciento cuarenta, y algunas decenas en cuestión de días. Emilio Azcárraga y Olegario Vázquez Raña fueron los principales beneficiarios. Por eso impuso récord en la historia del país, por eso tiene tan buena prensa.

Gustavo de Hoyos, expresidente de la Coparmex, dijo que sí quiere, pero la piensa. Es otro de los que hoy en día sólo es conocido por su familia y en su calle. Y en tal condición tiene que recoger 150 mil firmas… ¡qué flojera! Eso no le dijeron cuando dijo que sí quería jugarla… Hoy tener que buscar la graciosa huida. Quizá pensó que el divino dedo de quien regentea a la oposición y a la “sociedad civil”, Claudio X. González, sería el factótum único e insustituible para bendecir al elegido.

Claudia Ruíz Massieu no es Claudia realmente. Lujos y vanidad esplendorosa aparte, es pose e histrionismo. Una consumada actriz a las órdenes del tío… Carlos Salinas de Gortari. Es el trozo de poder de don Carlos dentro del PRI. Alguien tenía que cuidar los intereses con fidelidad indiscutible. Sirviente de lujo. Para ella, lo que venga es bueno, el caso es no soltar jamás el hueso.

Silvano Aureoles, el exgobernador de Michoacán sólo busca fuero. Tiene pendientes por aclarar. Hay expedientes por trece mil millones de pesos de su (mal) gobierno de la zona purépecha. Una senaduría o diputación le darían tres o seis años de oxígeno puro para gozar la fortuna acumulada. Formarse en la fila de los presidenciables es teatro para un premio secundario.

Ildefonso Guajardo es un destacado economista. Lideró el equipo de los que negociaron el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Goza de prestigio y buena fama. Pero nada que ver con el perfil de un hombre para la presidencia. Talento para lo suyo y ausencia absoluta de vinculación social. Hay casos en que se da exactamente lo contrario: gran identidad popular pero el cerebro más vacío que una lata de cerveza luego de un partido de la Selección Nacional… ¡Lástima Margarito!

Una expresión muy mexicana cuando un individuo tiene flacos los bolsillos y un mundo de sueños es: “ando bruja…” La verdad, así está el muestrario de los presidenciables del PRIAN y música que le acompaña, bajo la dirección de don Claudio.

De modo que cuando al llegar las huestes opositoras al restorán capitalino “El Cardenal” alguien se imaginó un aquelarre, en realidad no andaban tan errados…

El retorno de “Te lo digo juan…”

Amigos lectores, los invito a continuar la charla, cada jueves de 7 a 8 de la noche, por RADIOBUAP en vivo en el 96.9 de FM. Platicaremos sobre el idioma español, la manera en que hablamos, los modismos, etimologías, los dichos y refranes, con la grata compañía de Eduardo MerloBeatriz Zaraín y Claudia Rivera Hernández. La pasaremos bien…nos escuchamos.

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