No sé como interpretar que más de 70 millones de personas en los Estados Unidos votaran por la reelección de Donald Trump, eso va más allá de la condición ideológica o política entre republicanos y demócratas, sencillamente porque el presidente estadounidense ha representado desde su anterior campaña y durante su gobierno, un ente racista, misógino, con ideas supremacistas y sobre todo, con un profundo desdén por las minorías en aquel país.
Me cuesta aún más trabajo entender a los latinos, sobre todo cubanos y venezolanos (de origen o de ascendencia) que hicieron toda una campaña en la Florida a favor del candidato republicano.
Esto va más allá, gente cercana a mi e incluso familiares que tengo en la Unión Americana los vi y leí convencidos que Trump ha mejorado las cosas en los Estados Unidos e incluso, coincidiendo con su política proteccionista y anti inmigrante.
¿Qué les pasó como sociedad en los Estados Unidos?, ¿dónde se perdieron?, es un ejercicio muy complicado de entender.
Peor aún, hay gente en México que defiende ahora la investidura de Trump y considera que era la mejor opción para los Estados Unidos. De verdad de no creerse.
Estamos frente a severos espejismos sociales, frente a una descomposición ideológica que se manifestó en las urnas la semana pasada en los Estados Unidos. Afortunadamente para ellos y para nosotros, ganó la cordura y Biden será el próximo presidente de los Estados Unidos de América.
Parece que terminarán 4 años de polarización, insultos y sobre todo, un gobierno racista lleno de ocurrencias.
Finalmente, no faltan los adosados que pretenden comparar la elección de Trump y sus millones de seguidores con la elección que llevó a López Obrador a la presidencia. La diferencia es que, el presidente de México nunca fijó ni ha fijado una agenda racista, no ha tenido los excesos verbales y ejecutivos del presidente Trump y no representa a un grupo de supremacistas. Sí, ha decepcionado a millones de votantes, no ha sido lo que muchos esperaron, pero están comparando peras con manzanas.
También es momento que en los Estados Unidos se piense a fondo, si la democracia indirecta sigue siendo vigente y útil o debieran pensar en una democracia directa, donde un voto es efectivo para elegir y no, a través de un colegio electoral.
LA TITULAR DE SEFOTUR YUCATÁN SE QUEJA DEL AICM
La tarde de ayer, Michelle Fridman, secretaria de turismo de Yucatán publicó en su timeline de twitter: MUY lamentable el terrible manejo sanitario de @AICM_mx; los destinos estamos haciendo ENORMES esfuerzos por construir la confianza de los visitantes y por hacer turismo en un marco de bioseguridad. Este tipo de descuidos ponen en riesgo y perjudican seriamente a TODO el sector.
Desde la cuenta oficial del aeropuerto le respondieron pidiendo que diera detalles sobre su comentario, ante ello, Fridman pidió hacerlo a través de una vía «menos pública y más constructiva».
Me parece que, si un secretario de turismo estatal tiene una queja del aeropuerto de la capital del país, en materia sanitaria en estos tiempos de pandemia, lo más constructivo es hacerlo de forma pública. No es una relación entre empresas, es un asunto de interés público. Así lo hice saber desde mi cuenta de twitter. ¿Qué sucedió?, hasta la redacción de esta columna no lo sabemos, de acuerdo a la interpretación de lo que es constructivo, desde la visión de un servidor público.