La leona dormida

EN LAS NUBES

 

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Nunca olvidaremos Chapultepec, con todo su esplendor, sus juegos, su tiovivo, su trenecito.

Sus arroyos, sus añosos árboles, su lago, el castillo y por supuesto su zoológico. Y cuando leemos al respecto, compartirlo amigo Jorge Herrera Valenzuela, es un honor.

El Zoológico de Chapultepec, casi Centenario, Temporalmente Cerrado.

Una de las mejores épocas administrativas del Zoo fue la de María Elena Hoyo que se entregó las veinticuatro horas del día a estar pendiente, con detalle, de todos “sus hijos”.

Durante su etapa de 15 años que concluyó en 1997, el cambio fue radical en las instalaciones, la remodelación se hizo en dos años y por ello los mexicanos podemos presumir de ese gran Zoológico de Chapultepec.

Hoy María Elena sigue en tarea de activista de los derechos de animales. La Leona dormida.

Por cierto, transcribo un pensamiento de esa diligente mexicana: “Un recuerdo de corazón para don Héctor Martínez Serrano que con su voz siempre acarició mi corazón, manteniendo no solo empatía con mi labor oficial, sino hasta ya muchos años después de terminar mi trabajo al frente del Zoológico de Chapultepec.

Hombre bueno, buenísimo, que ha de gozar desde el 9 de mayo de la vida eterna y estar a la derecha del Padre”.

Tres cachorros de león y dos bisontes fueron los primeros huéspedes de nuestro Zoológico de Chapultepec.

El 6 de julio de 1923 fue fundado ese parque de diversión, ubicado en el corazón del hermoso Bosque de Chapultepec, al Norte de lo que durante 80 años fue la residencia presidencial de Los Pinos. Geográficamente limitado por el histórico Paseo de la Reforma.

Fue hasta el siguiente año cuando tuvieron acceso los paseantes.

El zoológico ya contaba con 243 animales de diversas especies traídas de Sonora, Veracruz y Campeche.

Fue el eminente biólogo mexicano Alfonso Luis Herrera López quien nos heredó uno de los paseos más concurridos de la Ciudad de México, ¡cinco millones de visitantes cada año! La mayor afluencia se da los días sábado y domingo, así como en días festivos.

Entre semana se organizan visitas de grupos escolares, a efecto de que los niños, de primaria, conozcan a los animales y reciban una explicación de sus profesores.

Poco a poco fue ampliándose y modernizándose la instalación de cada uno de los sitios destinados para osos polares, elefantes, leones, tigres, orangutanes y la diversidad de aves.

Durante la regencia de don Javier Rojo Gómez se determinó imponerle el nombre de Alfonso L. Herrera, en reconocimiento al creador del zoológico y fundador del Jardín Botánico, en 1922.

Este biólogo nació en 1869 en la Ciudad de México, destacando como catedrático en la Escuela Nacional Preparatoria, en el Colegio Militar y de la Escuela Nacional de Maestros, la famosa Normal.

Al paso de los años el Zoológico de Chapultepec se acreditó internacionalmente. Hubo intercambio de animales y se recibieron regalos en especie.

Perú y Brasil fueron los primeros, después llegaron ejemplares de la India y de Francia, esto entre 1950 y 1960.

Una de las mayores atracciones se registró en 1975 cuando el gobierno de China nos envió una pareja de Pandas, también allá mismo llegó un panda rojo o menor.

desde el 9 de mayo de la vida eterna y estar a la derecha del Padre”.

Por ahora y como consecuencia de la pandemia mundial que sigue pegando en México, el Zoo está temporalmente cerrado.

La semana pasada se comentó sobre la fundación del Zoológico de Chapultepec.

Como se dice, en el tintero se quedaron algunos datos.   Asombró encontrar referencias al Zoológico de Moctezuma Xocoyotzin, uno de los reyes aztecas y al que le tocó recibir al aventurero Hernán Cortés.

Estaba ubicado en terrenos de lo que después fue el Templo de San Francisco de Asís, que aún se conserva en las calles de Madero, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Era muy amplio, pues colindaba con el Templo Mayor y cercano al Palacio de Moctezuma, donde está ubicado el Nacional Monte de Piedad.

El rey mexica lo clasificó en Casa de Aves, Casa de Animales, Casa de Fieras. Había veinte estanques, diez con agua salada y otros tantos con agua dulce. Tenía peces y aves acuáticas.

En su vasta extensión había jaguares, pumas, linces, lobos, coyotes, linces, osos, ocelotes y bisontes. Pero lo increíble, según apuntan los historiadores, también un espacio era “Un Zoológico Humano” con jorobados, albinos, enanos y deformes. ¿Sería cierto?

Pues ese Zoo desapareció a raíz de la llega de Cortés, quien ordenó su destrucción y fue incendiado. La crónica no señala si en ese acto de barbarie, los animales los humanos quedaron a salvo.

craveloygalindo@mail.com