La batalla por México: La alianza de Salinas con el panismo

 

Viernes 11 de diciembre de 2020.

EN LAS CONDICIONES EN QUE SE ENCUENTRA LA DERECHA MEXICANA, DE ODIO MORTAL Y LUCHA VIRULENTA CONTRA LA IZQUIERDA QUE LE ARREBATÓ EL GOBIERNO el primero de julio de 2018, poco puede hacer si continúa atomizada, trabajando en varios frentes, aunque en realidad sean uno solo. Me explico: la derecha ha venido mostrando su trabajo lo mismo a través del PRI que a través del PAN. Así lo hizo a partir de 1988 en que, para adquirir legitimidad, Carlos Salinas de Gortari le abrió las puertas del poder a los panistas, vía los acuerdos ilegítimos, a trasmano, a espaldas de la base social (voto duro le llaman también), del PRI que, supuestamente, lo llevó a la presidencia de la República, cometiendo el fraude monumental en contra del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.

CARLOS SALINAS, ANTE UN PARTIDO DE IZQUIERDA CON AMPLIA BASE SOCIAL COMO EL PRD EN ESE MOMENTO Y CON UN PRI DEBILITADO POR LA DIVISIÓN INTERNA que generaron los líderes de la “Corriente Democratizadora”, Cuauhtémoc y Porfirio Muñoz Ledo, entre muchos otros que contribuyeron a la división en la élite gobernante, optó por el acercamiento con los panistas, que en ese momento también afrontaban grandes problemas con el arribo de gente como Francisco Barrio Terrazas, de Chihuahua (apoyado económicamente por el Cártel de Juárez) y Ernesto Rufo Appel, de Baja California (con todo el apoyo del Cártel de Tijuana), a los que se conocería como “Los bárbaros del norte”, que en muy poco tiempo se apoderaron del PAN e impusieron a Manuel Espino (del Yunque), en la dirigencia panista.

SE TRATABA DE UN GRUPO DE EMPRESARIOS SANTURRONES FANATIZADOS, RADICALIZADOS POLÍTICAMENTE Y SUMAMENTE INCULTOS (POR ESO LO DE “bárbaros”), apoyado por la organización secreta de ultraderecha conocida como “El Yunque”, tenebrosa organización ultra secreta, que tiene sus antecedentes en organismos fascistas estudiantiles, como el Movimiento Universitario de Renovada Orientación, en la UNAM, y los “Tecos” de la Federación de Estudiantes de Guadalajara, muy activos en la década de los años setenta, anticomunistas violentos que lo mismo reprimían estudiantes que organizaban secuestros o atentados dinamiteros. Poco a poco “evolucionaron” hasta transformarse en una organización política que se propuso la toma del poder, primero a través de la Unión Nacional Sinarquista (los “Cristeros” del Bajío), luego en el Partido Demócrata Mexicano, ya desaparecido, y finalmente en el partido Acción Nacional, partido afín ideológicamente a ellos.

LA DISYUNTIVA CLARA PARA SALINAS ERA ALIARSE A LA DERECHA PANISTA PARA COMBATIR A LA IZQUIERDA, PERO A CAMBIO TENDRÍA QUE COMPARTIR EL PODER. La primera “concertacesión” (palabra compuesta del diccionario de la corrupción política mexicana, viene de concertar, o acordar, y cesión, renuncia voluntaria en favor de otro), fue con Ernesto Ruffo Appel, quien antes de que hubiera concluido el conteo de la votación, fue declarado por el PRI como gobernador de Baja California en 1989, es decir, un año después de que el PAN reconociera el triunfo de Carlos Salinas. En 1992, Salinas regalaría Chihuahua al panista Francisco Barrio y, ese mismo año, Alberto Cárdenas Jiménez “ganaría” el gobierno de Jalisco; En 1995, Vicente Fox Quezada “ganaría” también el gobierno de Guanajuato y luego sería proyectado hacia la presidencia de la República. Simultáneamente a su alianza con el PAN, el priismo se estaba derechizando y los “progresistas” eran arrinconados.

CON TODOS ESOS ANTECEDENTES, UNA CORRIENTE “DE IZQUIERDA” LLAMARÍA EN 1999 A VOTAR POR EL YUNQUISTA VICENTE FOX, PRETEXTANDO EL “VOTO ÚTIL”, para “sacar al PRI de Los Pinos”. Fox había realizado una campaña con financiamiento ilegal a lo largo de dos años, con mucha presencia en los medios, que culminaría con su triunfo en las elecciones del 2 de julio del año 2000. El apoyo de la “izquierda” vendría de parte de connotados perredistas como Porfirio Muñoz Ledo, al que no le importó traicionar a su amigo Cuauhtémoc Cárdenas, que finalmente también aceptó trabajar en el gobierno foxista como “Coordinador de los festejos del bicentenario de la Independencia”. Porfirio sería nombrado coordinador de una “Comisión para la Reforma del Estado” y luego embajador ante la Unión Europea. Otro que llamó al “voto útil” fue Jorge Castañeda Gutman y, como premio, recibió la Secretaría de Relaciones Exteriores. El PRI por su parte, también habría traicionado a su candidato presidencial Francisco Labastida Ochoa.

ESA ES LA HISTORIA DE MANIPULACIÓN POLÍTICA, DE ACUERDOS VERGONZANTES Y TRAICIONES POLÍTICAS QUE HAN CARACTERIZADO A LA ALIANZA DEL PRIANRD. En la entrega anterior nos ocupamos de la evolución partidaria de la izquierda mexicana y, como vemos, también la derecha tiene lo suyo. Felipe Calderón tuvo que luchar contra los bárbaros del norte y mañosamente se hizo del control del PAN para luego obtener la candidatura a la presidencia de la República. Poco a poco se ha ido sabiendo de sus acuerdos con la mafia priista de Atlacomulco para, al concluir su fatídico gobierno de corrupción, narcotráfico y muerte, apoyar la entrega del poder a Enrique Peña Nieto, a cambio de seguir cerrando el paso a un auténtico opositor que poco a poco había venido construyendo un partido, MORENA, y su candidatura a la presidencia de la República: Andrés Manuel López Obrador.

OTRO DE LOS MIEMBROS DE ESA COFRADÍA ULTRADERECHISTA, EL YUNQUE, NO DEBEMOS OLVIDARLO, ES EL ACTUAL GOBERNADOR PANISTA DE CHIHUAHUA, JAVIER Corral Jurado, que hizo su carrera política al lado de Pancho Barrio y que entronizó el narcotráfico en esa entidad. Corral es de los principales impulsores del grupo de goberladrones “rebeldes” que impulsan la “Alianza Federalista” que exige más y más recursos al gobierno federal y que han endeudado a sus Estados. Me refiero a los panistas Francisco García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas; José Rosas Aispuro, de Durango; Diego Sinhue, de Guanajuato; Martín Orozco, de Aguascalientes; el priista José Ignacio Peralta de Colima; el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme; el “independiente” Jaime Rodríguez Calderón, de Nuevo León; el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, del partido Movimiento Ciudadano y que aspira a ser candidato a la presidencia en 2024; y Silvano Aureoles Conejo, que mal gobierna Michoacán, a nombre del PRD, pero impuesto por el cacique priista Manlio Fabio Beltrones (a) “Don Beltrone”.