GLENDA CASTILLO. Toc

Glenda Castillo. (Veracruz, México. 1969). Poeta y narradora. Concluyó la Maestría en Educación en el 2014. Autora de los libros La mujer que escapa de noche, cuentos y relatos, IVEC, 2010; Mientras la lluvia pasa, poesía, UEEV, 2013; Trashumantes, narrativa breve, Conciertos Líricos AC, 2019. Su obra ha sido publicada en diversos medios periodísticos impresos y virtuales además de ser incluida en varias antologías. Cofundadora de la Biblioteca Comunitaria en Joliet, Oaxaca, 2019. Coordinadora en Xilonen, Colectivo Cultural y en «Poetas de la Escollera», actividades culturales interdisciplinarias realizadas, al aire libre, en Playa Regatas.

TOC

Me enamoré de ti en la lejanía

¿Hay otra forma de enamorarse ahora?

Pero me duele saber que no te abrazo

aunque hablemos horas.

¿Cuándo, amor, nos veremos?

¿Cuándo será seguro atravesar barreras

de emulsiones antibacteriales

y termómetros de láser,

sana distancia,

cubrebocas de triple capa

sintética?

Protocolos sanitarios piden

cambiar la ropa,

limpiar zapatos,

lavar las manos,

clorar verduras,

hervir el agua.

¿Será, corazón, que un día podamos

hablar de frente sin usar caretas?

Despojados del aislamiento plástico

seamos uno,

en un beso

profiláctico.

O más…

Aunque enrojezcan tus orejas

¿Cómo hacer el amor en contingencia?

Por si acaso, un día se te antoja

y decides exponerte al largo viaje

-venciendo controles sanitarios-

en línea, encargué un lindo traje.

De niña recibí regaños

por ser excesivamente rara

y lavarme, sin piedad,

las manos,

ante mínima sospecha de bacterias,

bichos, hongos, parásitos

y gérmenes

de cualquier calaña.

¿Cómo podría acercar mis labios,

Tocarte sin sentir

que nos exponemos al covid?

O por lo menos a influenzas,

a neumonías en boga

desde las vacaciones de verano,

a un paro cardíaco

por tantas emociones encerradas

desde inicios de la cuarentena

-la que se ha extendido de tal forma

que ignoro cuando se volvió centena-.

Espero, de verdad, comprendas,

no es fácil,

después de prolongada abstinencia,

retomar abrazos,

volver a ser los mismos,

regresar

a la normalidad

de caricias verdaderas,

tras visual contacto real,

logrado,

en el más cercano de los casos,

de uno a otro lado de la acera.

Sé que entiendes…

Inusual dilema

enfrenta esta mujer enamorada

que te sueña

al momento de concluir la cena.

Dicen que habrá vacunas,

otros, que ese virus

sinvergüenza,

muta…

Nada sé, cariño,

soy muy ignorante,

pero mi dicha será cierta cuando vengas.

Confío a ciegas

en tus artes amatorias:

Por ellas, viajaremos a la luna…

Mi sexy traje

la fricción resiste,

salvajes roces

de pasión, aguanta,

aséptica,

hermosísima,

luciré esa noche

enfundada

en mi traje de astronauta.