Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Ayer uno cerró internet. Pero hoy como si fuera uno, pese a ser dos.
Necesitamos hechos que den fortaleza a la esperanza.
La situación nos obliga a apreciar mucho de lo que tenemos a partir de lo precario que es la salud y la vida misma.
Esto invita a la solidaridad, a la generosidad, a un sentido de fraternidad y de amor al prójimo.
Del privilegio que es contar con una familia y la compañía de un hijo, como nosotros, que se preocupan de uno. Noche y día
No una ilusión, sino la seguridad de alcanzar un bien. El que deseamos y necesitamos. Fuerte y atrevida. Como guía.
Reconoces al buen político que quiere rehacer el mundo y dar peso y calor a sus promesas y proyectos. Pero no porfía.
Una espera que no solo se apoya en las capacidades humanas, sería relativa e inconsistente. Pero, no en nosotros los creyentes.
No permanezcamos atados a nuestros recuerdos, ni abrumados por las diarias preocupaciones. No vivamos distraídos por el consumismo y diversiones.
Aun cuando no se nos comunique oficialmente, hay grandes señales que anuncian cambios. Y expansiones.
Algunos creen que infundir miedo nos condene a un silencio que no sirve para nada. Es cierto porque, a veces, ya sentimos miedo de nosotros mismos. De nuestras debilidades, de nuestra falta de consistencia
Hay que mantener la dignidad
Todos somos cautivos. Todos tenemos, al menos grandes zonas en nuestro diario ajetreo.
Que difícil responder a esa pregunta.
Pero nosotros podemos.
No olvidamos que la vejez natural nos consume despacio. Y aún es piadosa con algunos.
Reconocer que avanzamos muy lentamente y con muchos tropiezos.
Obvio que han desaparecido los látigos y las cadenas atadas a los tobillos, pero seguimos sujetos a muchas sumisiones de las que imaginemos.
Solo se es libre cuando se mantiene la dignidad.
Nos hemos transformado en una máquina estúpida y satisfecha que ha logrado la tecnología.
Es esclavo el hombre que está atado por su propia libertad cuando no sabe para qué le sirve.
El que vive encadenado por su incultura. O el que gasta toda su vida en un trabajo que no acaba de armar.
El que es siervo de sus propios miedos y vacíos.
El que falla en su función profesional.
Sin embargo, hemos comprobado que el que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija.
Somos libres de pensar y pedir que hoy nacimiento de este 2021, y todos los días ilumine al pueblo de México, tirios y troyanos. Practicantes o desenfrenados. Justos y pecadores para juntos olvidarnos de odios y rencillas.
Y unidos, aplaudir el nuevo día.
craveloygalindo@gmail.com