EN LAS NUBES. La magia de una vieja amistad

 

 

 

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Es pertinente la aclaración histórica del experto en la materia.

Don José Antonio Aspiros Villagómez, maestro, filólogo, historiador, licenciado en periodismo, es puntual, como siempre.

“Estimado amigo:

“Tuvimos suerte: la carrera está suspendida por lluvia y accidentes, así que mientras leí tus Nubes y te las comento:

“Es muy monótono leer cada año el mismo texto de estampita escolar sobre Benito Juárez o cualquier otro personaje de la Historia.

“Además, dicen que lo velaron en el Salón Embajadores y no fue así, lo velaron en el Salón Iturbide que, aunque sea el mismo, en 1872 llevaba ese nombre.

“¿Por qué distorsionan?

“Pasa lo mismo con lo de Álvaro Obregón:

“Los hermanos Pro nada tuvieron que ver con el atentado, nunca se los probaron.

“Lamentablemente imponen la «verdad» oficial sobre los hechos reales. (Te adjunto foto de la placa que existe semioculta frente a donde lo mataron; creo que es el mismo edificio donde tiene su revista el colega Mauro Jiménez Lazcano).

“Qué pena que una disciplina de las ciencias sociales como es la Historia, se use en todas partes con sentido ideológico y político. Algo a lo que no escapa la 4T, y hasta se luce. Salud”.

 

Gracias por tu vieja amistad, es un tesoro que valoro mucho y que nunca perderé, les decimos nosotros, emocionados a todos, sin excepción.

El abogado Alejandro Rene Cancino Romay con su recato habitual nos envía un reconocimiento así. No conozco al autor, nos advierte, modesto.

La magia de la vieja amistad no tiene explicación lógica; está dentro de nosotros.

Pueden pasar los años y con un simple encuentro se aviva, como si no hubiese pasado un día de ausencia.

Habrá sensación más agradable que una tertulia entre amigos, donde no se distingue entre amigos viejos y nuevos.

Nosotros envejecemos, pero, la amistad siempre está igual.

A la amistad no le pasa el tiempo.

Todos los estudios respecto al buen vivir resaltan la importancia de compartir con amigos.

Yo no sé si cura los males del cuerpo, lo que sí tengo certeza es que es lo mejor para el alma.

Recordar la infancia, la adolescencia o cualquier etapa de la vida, con amigos, reír, dialogar y compartir sus alegrías y tristezas, es sin duda siempre la mejor terapia y una sensación sublime del espíritu.

El abrazo fraternal de un amigo es únicamente comparable al abrazo con los hijos, los nietos. Y ahora los bisnietos.

Gracias a la vida por haberme dado la fortuna de contar con amigos como los que tengo.  Con sus virtudes y defectos.  Sentir lo que siento cuando estoy o sé de ellos, es la sal y chispa de mi existencia.

Siempre he pensado que nuestro paso por esta vida se aligera porque existe el sentimiento virtuoso de la vieja amistad.

A ustedes, no les pasa que uno no se sitúa en el presente, sino que al contactar a los viejos amigos se transportan a los tiempos cuando se inició la amistad.

Eso quiere decir que uno mentalmente se siente más joven mientras transcurre ese contacto.

Y más con amigos como el abogado Cansino.

Gracias por su vieja amistad, es un tesoro que valoro mucho y que nunca perderé.

craveloygalindo@gmail.com