EL CONFESIONARIO. Jo Jo Jorge Falcón se retira de los escenarios en Puebla

Por: Ray Zubiri

“A mí, en lo personal, respetando a mis compañeros, no me gustaría que me pasaran al escenario a tra­bajar con un tanque de oxígeno o con muletas. Porque cada quien tiene su modo de pensar y vivir, pero yo prefiero retirarme invicto, lleno de amigos, de sa­lud”, esto me platicó Jo Jo Jorge Falcón en una entrevista con motivo de casi medio siglo de trayectoria artística y su gira del retiro de los escenarios, con la cual visi­tará Puebla en próximos días.
Decía Roberto Gómez Bolaños, Chespi­rito, que hay que saber retirarse a tiempo y este es el caso de Jo Jo Jorge Falcón, hi­jo de Jorge Hernández Villegas y Manue­la Ramírez Lima.

Cursó la instrucción primaria y secun­daria en el entonces Distrito Federal (hoy Ciudad de México); el bachillerato, en la Preparatoria 4 de la Universidad Nacio­nal Autónoma de México, de donde egre­sa en 1973 como cirujano dentista. Hizo estudios de inglés y de tap (Tap-dancing). Empezó su trayectoria artística en bares, cafés cantantes y, después, en espectácu­los internacionales, de eso hay 49 años de distancia.
Pero la fama, cuando en verdad era fa­ma –lo tengo que aclarar al público–, por­que hoy ser influencer o salir en la tele o el radio ya no te hace famoso, eso es popu­laridad, pero yo me refiero a los tiempos en donde salir en televisión aunque sea unos minutos lograba que la gente te re­conociera en la calle y así le pasó a Jor­ge, quien apareció en programas como Alegrías de mediodía, La hora del loco, En vivo y otras emisiones producidas en los años 80 por la empresa Televisa, que era lo único que había.
Imagínense, participó en el espectá­culo internacional del multiafamado y ya fallecido Sammy Davis, Sábado gigan­te, producido desde Miami, Florida, por Mario Krausberger, Don Francisco; el ya desaparecido Siempre en domingo, que fue producido y dirigido por Raúl Velasco.
Yo hago una pregunta en México: ¿Quién no ha visto a Jorge Falcón? Tie­ne en su haber más de 10 mil shows y qué decir de cuando existía la barra de come­dia de Canal 2, esos programas divertidos llegada la noche como Humor es… los co­mediantes, La casa de la risa, La hora pico, en los cuales siempre se caracterizó por sus singulares gestos y maneras de con­tar los chistes.
Yo siempre le he dicho que tiene un rostro elástico, porque hace unas mue­cas que le han impreso un toque singu­lar y exitoso; las gesticulaciones las acom­paña revolviéndose el pelo de la cabeza y con movimientos del cuerpo y tonos de voces diferentes simula los personajes de sus chistes.
Maneja en su vasto repertorio toda clase de chistes, como el chascarrillo de doble sentido, acompañado de toda una actuación, lo que lo hace muy original.
Jorge Falcón aclaró que su retiro será de los shows en vivo y las giras, que quie­nes hemos andado allí sabemos que son desgastantes y absorbentes. Sin embar­go, su trabajo lo continuará a través de plataformas digitales, cuando lo inviten a un programa especial y en presentacio­nes más esporádicas, que no conlleven una agenda inamovible.
Un momento que me emociona es que cuando haces tu trabajo bien se nota y recuerdo hace algún tiempo cuando es­te comediante beso el escenario del Mi­crosoft Theater de Los Ángeles, con 7 mil personas, quienes le aplaudieron de pie y le pusieron las golondrinas. ¡Qué momento!
Tras medio siglo de hacer reír a propios y extraños y hasta al más exigente, Jorge hace un alto en su vida, una pausa hono­rable y un retiro por amor. Siento que ha de ser difícil elegir entre la fama y el re­flector, como se le llama en el argot artís­tico al ser famoso y reconocido, pero que hacerlo a tiempo es bueno, incluso como publicidad, ya que pocos piensan en có­mo quieren ser recordados.
Uno debe ser congruente con lo que se dice y durante muchos años él ha he­cho suya la frase “Familia bonita”; hoy, en este tenor de concordancia tras muchas desveladas, borracheras, desmañanadas y el malcomer hace un alto para disfrutar a su ¡familia bonita!
En Puebla llega con La última y nos va­mos, este 2 de junio en el Teatro Principal, con dos funciones: 19:00 y 21:30 horas. ¡No se lo pierdan!
La columna de esta semana ha termi­nado pueden ir en paz.
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