Dinorah Pérez Lima Ponce, una de dos mexicanos seleccionados por la Universidad de Lille, en Francia, para estudiar en su claustro

 

  • La estudiante de la BUAP fue reconocida en 2021 como mejor promedio de la Licenciatura en Ciencias Químicas del estado

Desde pequeña fue curiosa: preguntaba todo. Gracias a sus padres que respondían a sus dudas y a sus maestros que le transmitieron cuanto sabían y motivaron en ella la reflexión, Dinorah está a punto de egresar de la licenciatura y continuar por el sendero de la ciencia. Su trayectoria académica le abrió las puertas de la Universidad de Lille, donde estudiará becada la Maestría en Química Avanzada y Materiales, luego de ser uno de los dos mexicanos seleccionados por esta institución francesa, de entre 60 jóvenes que compitieron por este apoyo.

Liliana Dinorah Pérez Lima Ponce cursa el último semestre de la Licenciatura en Química, en la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP, con un promedio de 9.5, que en su opinión fue decisivo para ganar la elección como consejera universitaria de esta unidad académica, en noviembre de 2021.

Ese año Dinorah fue reconocida por la Asociación Nacional de Facultades de Química como el mejor promedio en la Licenciatura en Ciencias Químicas del estado de Puebla. “Como estudiante mi mayor orgullo es haber destacado en mi generación y representar hoy a mis compañeros ante el Honorable Consejo Universitario”, expresa a través de unos ojos vivaces.

Si bien reúne las condiciones para obtener la titulación automática por promedio, optó por desarrollar tesis para abrirse camino en la investigación científica. Así, en junio próximo prevé titularse con la tesis “El diseño in silico de esteroides que funcionan como fúngicos”, y viajar en septiembre a Francia para iniciar el posgrado.

“Mi sueño siempre fue ir a Francia. De allí han salido grandes científicos, como Marie  Curie y Louis Pasteur”, expresa. De la Química, refiere: “Desde la prepa me ha fascinado, es increíble lo que puedes hacer desde esta ciencia y mis maestros me han motivado a interesarme más en ella”. Y como consejera alumna, señala: “Siempre me ha gustado escuchar a las personas y hacer por ellas lo que necesitan”.

Para la joven de 23 años, la BUAP le ha transmitido los valores de la disciplina, la perseverancia, el compromiso, la resiliencia y la autenticidad. Y al ser una universidad autónoma -dice- “somos libres e independientes y eso también me llena de orgullo”.

De sus aulas y laboratorios nació el aprecio por sus maestros, a quienes admira por su forma de enseñar y transmitir el conocimiento de una ciencia tan compleja, como lo es la Química. Pero su admiración es doble en sus profesoras: “Aparte de ser docentes bien preparadas, son madres, esposas, hijas; han sabido equilibrar muy bien su vida personal y su vida profesional. Han logrado organizar y dar cauce a sus vidas”.