DETRAS DEL PODER. Donde el estado no llega

José Antonio López Sosa

Orizaba, Veracruz.- Es increíble que no haya sucedido nada contundente, frente a la ola de desapariciones en la autopista Monterrey-Nuevo Laredo.

Luego que se diera a conocer la información, lo más que ha ocurrido es que Nuevo León le reclama a Tamaulipas y a la inversa, pareciera que el problema principal es de qué lado de la frontera estatal se llevan a cabo estos levantones por parte del crimen organizado.

El gobierno federal tampoco se nota muy preocupado en el asunto, el presidente López Obrador apenas ha dedicado algunos minutos al caso y todo lo negativo que ocurre en el país, pareciera –de acuerdo a la visión presidencial– obedecer a una estrategia para desestabilizar su gobierno.

Cada vez más se parece López Obrador a Felipe Calderón, su antítesis, en la administración de Calderón a todo aquel que moría en enfrentamientos se le calificaba de criminal de inicio, ya después de daño colateral pero siempre, eludiendo la responsabilidad por una estrategia fallida, incluso en su reciente libro, Felipe Calderón sigue queriendo justificar lo injustificable. Ahora bien, el caso de López Obrador es muy parecido, todas las tragedias producto de la delincuencia las hace ver como campañas en su contra de sus adversarios, como si las vidas no valieran cuando están fuera de su estrategia política.

Vivimos en un país donde tenemos que cuidarnos en las carreteras y autopistas, donde el estado no llega y donde carecemos de una garantía elemental como es la seguridad pública en nuestros procesos naturales de movilidad.

Justo el pasado domingo, en la autopista Veracruz-México a la altura de las Cumbres de Maltrata, hubo un asalto a 20 automovilistas que circulaban en el camino de cuota, hasta el momento ni un comentario sobre lo sucedido, ni un operativo para evitarlo.

¿Hasta cuando seremos prioridad para los gobernantes?, no importa el partido o la ideología, no somos ni hemos sido prioridad en materia de seguridad pública.