Victor de Regil
En nuestro país se mata a las mujeres. También a las que defienden los derechos de otras mujeres. Cecilia Monzón tenía 37 años y era madre de un niño de cuatro. El sábado 21 de mayo, después de que saliera del gimnasio, dos sujetos a bordo de una motocicleta acribillaron su coche a plena luz del día. Manejaba por una zona transitada de San Pedro Cholula, su ciudad. No importó que hubiera testigos y cámaras. Monzón murió pocos minutos después del ataque mientras los asesinos se daban a la fuga. Aún no hay detenidos.
Era abogada penalista de profesión, su vida siempre estuvo ligada a la política. Primero militó en el PRI y después formó parte de las listas del Partido Verde en las elecciones locales de 2018. Entre ese año y 2019 fue secretaria de Desarrollo Social en el Ayuntamiento de Cholula, durante la presidencia municipal de Luis Alberto Arriaga, del partido Morena, al que denunció por violencia política de género y por despido improcedente.
Después de aquello se dedicó sobre todo a defender casos de mujeres en los tribunales, en la calle y en redes sociales. Violencia machista, impago de pensión alimenticia, violencia vicaria… Su carácter combativo y su proyección pública le granjearon cierta popularidad en la ciudad y acabó por ganarse el título de “defensora de las mujeres”.
“La autoridad tiene que dejar de echarle la culpa a las víctimas de ser víctimas y dejar de fomentar los estereotipos de género, que incluyen el echarle la culpa a las mujeres de que las maten por ser mujeres”, escribía Monzón en 2016 como si fuera una premonición. Seis años después el asesinato de mujeres no ha hecho más que crecer y las tasas de impunidad superan el 95%. Colectivos feministas, amigos y familiares exigen que su muerte no caiga en ese agujero negro.
Cecilia Monzón tenía doble nacionalidad. Mexicana, por parte de madre y española, por parte de padre. A escasas horas de su funeral, su hermana, Helena Monzón, se ha dirigido a los medios de comunicación y ha exigido a las autoridades que se encuentre a los autores materiales e intelectuales del asesinato de la activista.
El Gobierno español ha condenado el asesinato y ha reconocido la valentía y el compromiso de Cecilia Monzón. Al mismo tiempo, se ha solicitado a las autoridades mexicanas, a nivel federal y estatal, que desplieguen todos los esfuerzos posibles para proteger a las personas defensoras de derechos humanos para que puedan ejercer su labor sin poner en riesgo sus vidas.
La Fiscalía de Puebla, en contacto con la familia, trabaja en coordinación con el Gobierno Federal para esclarecer el caso. El propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, condenó el brutal feminicidio y se comprometió a que no quede impune
En 2018 denunció al líder priista Jorge Estefan Chidiac por falsificar su firma en el proceso electoral. La activista acusaba al entonces líder de su partido de maniobrar con el candidato a la alcaldía de Cholula, Eduardo Zacatelco, para quitarle la segunda regiduría en la lista electoral. Pocos días antes de ser asesinada, la abogada seguía persiguiendo que se hiciera justicia con su caso. Chidiac, ha señalado que la denuncia nunca prosperó.
En 2019 la abogada denunció al empresario y político poblano Manlio López Contreras por violencia política de género. Fue la primera mujer en su Estado en promover un juicio para la protección de sus derechos políticos. Causa que ganó. Hasta que en 2021 el Tribunal Electoral de Puebla retiró las medidas precautorias contra el político. Monzón siguió insistiendo en que se las volvieran a otorgar, pero nunca lo consiguió. Ese mismo año volvió a denunciar amenazas de muerte contra ella y su hijo. Desde 2019 había pedido en vano un esquema de protección que tampoco llegó. Hace un año, Movimiento Ciudadano decidió retirar su apoyo a López Contreras como candidato a la presidencia municipal de Puebla por dichos señalamientos.
Grupos feministas, legisladoras y decenas de mujeres que fueron defendidas por la abogada se congregaron un día después de su muerte a las puertas de la Fiscalía local para exigir que se haga justicia. La manifestación fue recibida por cientos de policías antimotines que blindaron el edificio de la procuraduría. “
Estas fueron las palabras que la activista publicó en su blog en 2016:
“Soy una mujer intensa en todos los sentidos y en todo lo que hago, amo la vida y la disfruto a cada instante, amo el derecho y soy una apasionada de mi carrera, amo la política y todos los días me esfuerzo para dignificarla y por hacer de ella un uso en beneficio de la gente y de nuestra sociedad, disfruto cada minuto que el universo me regala y trato de darme tiempo para disfrutar de mi trabajo, de la familia, de los amigos e incluso de los enemigos que siempre me hacen sentir importante”.