Annick Roth. Porque la pintura también es poesía

Annick Roth es una mujer orgullosamente mexicana que ha encontrado su pasión en el arte, específicamente en la pintura, la fotografía y el teatro. Ingeniera y orientadora humanista, una apasionada del desarrollo personal y la expresión artística desde temprana edad. Annick utiliza su arte como una forma de expresión y exploración emocional de su propia luz y sombra; inspirada en cuestionamientos profundos y trascendentales de aquello que desafía lo establecido, rompiendo esquemas y paradigmas.

Annick es colorista de la luz del ser y creadora de escenarios de belleza.  Busca con su obra el apoyar a otros a abrir el corazón y sentirse orgullosos de quienes son, amando y viviendo a su manera. Annick reconoce una “vida propia” en sus cuadros pues el cuadro se va creando a cada pincelada sin tener un final certero hasta que ella plasma su firma. Para ella, el amor es amor, desde el fondo y sin etiquetas.

Puedes seguirla en Instagram en @annickroth_art.

 

Título: El Faro y el Ángel

Autora: Annick Roth

Técnica: Óleo

Medidas: 40 cm x 30 cm

Año: 2010

INSPIRACIÓN DE LA OBRA

 

El Faro y el Ángel

¿Cuántas veces perdí la esperanza?

¿Cuántas veces se agitaron las aguas del alma, y perdió su tranquilidad mi mar?

Bajo el cielo nublado me encontraba, rayos de Sol danzaban sobre el agua y la acariciaban.

Alcé la mirada y entre las nubes reconocí la figura de un ángel. Me rendí, solté…

Vi llover en mis ojos y pude ver con mayor claridad. “No estoy sola”, me dije y sonreí, comprendiendo que también es necesario aprender a pedir ayuda y dejarse acompañar.

A lo largo de nuestro caminar, encontraremos seres que serán un faro en nuestra existencia y que, en las noches más oscuras, traerán un bálsamo en forma de sonrisa, palabra o susurro. Serán un abrazo y caricia al alma.

Las olas cantan, lloran, danzan con los ciclos de la Luna, a veces gritan, rugen y crecen al tropezar con las rocas; el mar es a veces apacible y a veces está tan vivo que hasta parece que ha enfurecido. Entonces, aprendo del eterno mar y Luna, siempre cíclicos, siempre reinventándose y renaciendo cada noche. Cuando caigo, lo lloro, lo escribo, lo pinto, aprendo y me vuelvo a levantar, decidida a seguir viviendo una vida con sentido en total autenticidad.

A veces tocará ser faro, a veces mar o la navegante perdida dispuesta a dejarse guiar.

 

Annick Roth