África en la geografía de Estrabón


Por: Atilio Alberto Peralta Merino

Institución centenaria, la Academia Mexicana de Geografía e Historia celebró el pasado 22 de septiembre sesión solemne, teniendo como invitado de honor al excelentísimo embajador de la República de Sudáfrica Dennis Thokozani Dlomo, quién, en uso de la palabra , señaló que si bien Nelson Mandela es reconocido como un pacifista, no resulta pertinente olvidar que llegó en su momento a ser el fundador del brazo armado juvenil del Congreso Nacional Africano.
La presentación corrió en la ocasión a caro del responsable del área internacional de la Academia, el embajador Luis García y Erdmann , quién en tal encargo, señaló que Nasser y Mandela son acaso los más destacados líderes de África, continente en el que el presentador recordó haber vivido en los años 70 del pasado siglo, precisamente, los años en los que se vivieran con mayor entusiasmo las consecuencias del denominado “diálogo norte-sur”, que fuera convocado a mediados de la década del 60 por el Partido Socialista Francés y cuyo momento culminante habría que ubicar en la cumbre convocada por el gobierno de México en el año de 1982 celebrada en Cancún, Quinta Roo.
Dennis Thokozani expresó en su alocución, enorme gratitud de su parte en lo personal, y en nombre de su gobierno ante las muestras de solidaridad que la lucha de Mandela recibiera por parte del pueblo de México, y, recordaría, por lo demás, al sinnúmero de hombres ,- destacadamente de mujeres-, que precedieron, respaldaron y apoyaron al líder sudafricano durante el cautiverio de 27 años, al que fuera sometido por el régimen racista del apartheid.
En este año, en el que Sudáfrica rememora la lucha de las mujeres que llevó a suprimir la exigencia del pasaporte en el tránsito por las delimitaciones sus fronteras, expresó un especial reconocimiento a las mujeres de su país, y de México, destacando que pese a los enormes virtudes de las disposiciones constitucionales que se encuentran en vigor en aquella nación del mediodía africano, sigue, no obstante, observándose en la realidad problemas de disparidad de género, cuyo afrontamiento, como el de las, en ocasiones precarias condiciones de la infancia, motiva los mejores esfuerzos de las autoridades, sin, como el mismo embajador lo señalase “ sean negadas o traten de ocultarse como el sol con un dedo”.
Al destacar un pasado de lucha bajo las circunstancia de extrema violencia institucional que el momento exigía, así como el carácter de acción política popular y colectiva que sostuviera en el tiempo el liderazgo de Nelson Mandela, alejó de él por completo una imagen edulcorada y adulterada que del líder sudafricano pretendió promover la mercadotecnia de los multimedia occidental ante el ascenso al poder de aquel.
El pasado 24 de agosto, por lo demás, Naledi Pandor, a la sazón ministra de asuntos exteriores de la República de Sudáfrica, publicó en un diario de circulación nacional una colaboración por demás interesante, y de enorme profundidad política, colaboración en la que expresó el inalienable derecho que asiste a su país de mantenerse neutral en el conflicto de Rusia y Ucrania, así como de continuar realizando intercambios comerciales y de inversión con China sin que ello lleve aparejado por parte de un tercer país, sea éste el que sea, acciones de represalia o de presión diplomática de índole alguna en contra de Sudáfrica.
Naledi Pandor expresó asimismo, la plena solidaridad de su país con la causa del pueblo palestino y a pregunta expresa de quién escribe, el embajador Thokozani expresó una solidaridad equivalente con la lucha por la independencia de la República Árabe Saharaui , territorio y población que quedaría es indefensión ante el abrupto y desordenado reconocimiento de Marruecos derivado de la llamada “Marcha Verde”, emprendida por el Rey Hassan II en los momentos de agonía del franquismo, y cuyas riquezas naturales son explotadas por el reino de Marruecos en abierta contravención a lo dispuesto por resoluciones expedidas por la Asamblea General de la O.N.U.
El hecho de que la responsable máxima de la política exterior de un país africano, publique opiniones de tal calado en la prensa nacional, carece hasta donde entiendo de precedentes, incluso, me atrevería a afirmar que no sólo en México sino en toda América Latina, con la eventual excepción de Brasil, dada la presencia de la diplomacia del Palacio de Planalto en el continente “que carece frío”, según fuera bautizado por el geógrafo griego Estabón hace más de dos mil años.
En los días que corren, tanto la publicación en cuestión del pasado mes de agosto, como la decisión del embajador en nuestro país, de promover el diálogo e intercambio de pareceres con diversas instancias de nuestra sociedad, anuncia los vientos nuevos de la comunicación entre naciones, tan necesaria en los días que corren, y que acaso, en resumidas cuentas, no sea sino el mismo espíritu que hace milenos movería a Estrabón en sus periplos y consideraciones.
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