Abel Pérez Rojas (Tehuacán, Puebla, México/1970) es poeta, comunicador, académico y gestor de espacios de educación permanente presenciales y virtuales. La obra de Abel ha sido retomada en ponencias académicas, sitios web, artículos y reformas legales; destaca la difusión de su pensamiento en Discovery Kids, UNICEF y organismos internacionales públicos y de la sociedad civil. Bajo un esquema conocido como la hiperbrevedad, Pérez Rojas incursiona en la poesía y promueve una prosa culta en torno al movimiento cultural que encabeza. A través de la hiperbrevedad, procura el uso reducido del lenguaje, pero con la mayor significación posible. Ha escrito cinco poemarios: De la Brevedad al Intento (2011), Provocaciones al impulso y a la razón (2012), Píldora Roja (2013), Resurgir de la cera (2019) y ReconstruirSE (2019). En el 2013 se le incluyó en dos antologías: en la Antología Nueva Poesía Hispanoamericana del Siglo XXI publicada por Lord Byron Ediciones en Madrid, España y en la Antología Por los Caminos de la Poesía, Buenos Aires, Argentina. También es autor de Educar(se). Aportes para la educación del siglo XXI (2014). Es una recopilación de artículos periodísticos cuyo tema central es la educación. Actualmente escribe para portales y periódicos impresos locales y nacionales. Del poemario: ReconstruirSE
Corazón amigo amoroso
Me abrí paso como pude en su corazón,
aprendí a navegar en sus emociones,
interpreté sus sueños y me instalé aquí,
en este rincón secreto de las complicidades.
Desde donde te hablo
-aquí en su corazón-
todos somos iguales,
aquí no hay pobres ni ricos,
aquí no existen las noches ni los amaneceres
porque siempre es mediodía.
Desde aquí estoy redescubriéndome,
viviendo la otredad con vigor,
dándome sin regateos,
sorteando las vicisitudes de las circunstancias
y explorando los terrenos de los amigos amorosos.
Desde aquí se goza a quien se ama
porque no nos pertenece,
porque la benevolencia está sobre el apego
y la paz es la máxima aspiración.
Aquí en territorio carmesí
la alegría del otro es la alegría propia,
ver feliz al otro sin envidia es madurez sin calificativos,
es saber que todo tiene un momento
y que el progreso ético de quien tienes enfrente es avance planetario.
Desde su corazón te saludo,
te animo a progresar,
te digo que confíes en el amor y la amistad,
te ofrezco mi mano y hago a un lado las ofensas.
Éstas son bendiciones de la persistencia,
de confiar en la intuición
y de dejarse atrapar por el amor/amistad que todo lo envuelve,
todo lo cambia,
todo lo muta.