SIN LÍMITES. Extorsión, secuestro, robo y hackeo, delitos de 2025

*Estudio detalla la agenda de seguridad de este año y amenazas a la población

Por Raúl Torres Salmerón

 

Un estudio de la empresa Carstens Crisis & Risk Control, advierte sobre los delitos que marcarán la agenda de seguridad en 2025, destacando las comunicaciones hostiles que incluyen amenazas, extorsiones, engaños, fraudes y secuestros virtuales; los secuestros y asaltos en carreteras, los robos a casa habitación y los hackeos con el robo de información personal y financiera para fines ilícitos.

Las anteriores son las principales amenazas para la población, según el reporte Perspectivas de Seguridad, Violencia y Delincuencia para 2025, elaborado por la compañía dedicada a crear estrategias de seguridad, donde analiza las tendencias delictivas y su evolución en México a través de los años.

“Los retos que enfrenta 2025 en el ámbito político, social económico y de relación con países vecinos afectarán de manera importante el clima de inseguridad y violencia”, señala el estudio.

En la evolución de la delincuencia organizada, el reporte señala que en 2025 se sitúa en cuatro vertientes: 1. Narcogobierno: El control de estructuras políticas por parte del crimen organizado. 2. Control delictivo total: Dominio absoluto de ciertas regiones por grupos criminales. 3. Violencia “justificada”: Actos violentos presentados como necesarios o inevitables. 4. Encubrimiento: Ocultamiento de actividades ilegales por complicidad o corrupción.

En ese sentido, se señala que la estrategia de “abrazos, no balazos” no ha funcionado, pues no ha solucionado el problema ni ha atacado de raíz el mismo. La estrategia ha fracasado y ha generado mayor impunidad, violencia y corrupción, además tampoco ha atacado las raíces del problema.

Las drogas sintéticas, principalmente el fentanilo han generado por primera vez un mayor número de muertes por el consumo en Estados Unidos (EU), que por la violencia generada en México para su fabricación y tráfico.

Ofrece un análisis profundo de las dinámicas delictivas en México, abordando su evolución histórica, los retos actuales y los escenarios proyectados para el futuro próximo y analiza cómo las condiciones políticas, sociales, económicas y las relaciones internacionales influyen en el clima de violencia e inseguridad en México.

Abordar los problemas estructurales de inseguridad requiere estrategias integrales que combinen prevención, combate a la corrupción y fortalecimiento del estado de derecho. En ausencia de estas medidas, México enfrenta el riesgo de una espiral de violencia y criminalidad más profunda en los años venideros. Este panorama es crucial no solo para la protección de activos y operaciones, sino también para fomentar iniciativas que promuevan un entorno más seguro y próspero.

En la evolución histórica de la delincuencia, México ha transitado de robos no violentos en los años 70 a un panorama en 2020 donde convergen las múltiples modalidades delictivas de extorsiones presenciales, fraudes digitales y actos violentos. En paralelo, la delincuencia organizada ha escalado desde el tráfico de marihuana y cocaína en los 80 y 90 a la producción y distribución de drogas sintéticas, especialmente fentanilo, en la actualidad.

También expone que México presenta índices de impunidad superiores al 95 %, debilitando la confianza en las instituciones judiciales. La normalización de la violencia donde la sociedad ha comenzado a percibir la inseguridad como algo inevitable y la falta de cohesión social fomenta un entorno propicio para la criminalidad.

La crisis económica, el desempleo y la inflación son catalizadores indirectos de la delincuencia. Por otro lado, las tensiones con Estados Unidos por el tráfico de fentanilo han generado amenazas de sanciones y posibles intervenciones en territorio mexicano.

La delincuencia organizada podría consolidar su control político y territorial, mientras la violencia se justifica como un medio para preservar ese poder. Este fenómeno amenaza la gobernabilidad y la estabilidad económica del país.

Con este contexto, es evidente que las empresas y líderes deben tomar medidas no solo para protegerse en el corto plazo, sino también para ser actores clave en la construcción de un México más seguro y sostenible.

El estudio incluye los 10 temas más preocupantes en el País: 1. Impunidad. 2. Negar que el problema existe. 3. Normalización del problema. 4. Corrupción. 5. Polarización ideológica y social. 6. Valores éticos, cívicos y morales ausentes. 7. Empoderamiento de la delincuencia. 8. Factores económicos. 9. Justicia por propia mano. 10.  Imagen internacional.

Carstens Crisis & Risk Control concluye que, sin un cambio significativo en las estrategias de seguridad, México enfrentará un panorama más complejo y violento en los próximos años.

En fin, como escribió Pedro Julio Mir (República Dominicana, 1913-2000), en su poema Ni un Paso Atrás:

No permitas que el largo regimiento

de los años de crimen pertinaz,

te toque el hombro con el pensamiento.

Ni un paso atrás.

 

raultorress@hotmail.com