María Sofía López Rodríguez. Con tan solo 15 años, María Sofía explora la fuerza o la sutileza de las palabras dentro del emocionante universo de la literatura. Con talento para coserle alas a todo su mundo interior, cursa el Taller de Escritura Creativa Miró, dirigido por Miguel Barroso Hernández, en la ciudad y puerto de Veracruz.
Los misterios del amor, la tolerancia, el crecimiento personal, vive en cada una de sus historias.
El sueño de Sofía, que cursa el tercer grado de secundaria en el Instituto Rougier, es convertirse en una exitosa cineasta y actriz. El amor por la música también pudiera llevarla a transformarse en cantautora.
RE—PLAN—TEÁNDOTE
Leodoro llegó temprano a su trabajo, algo que rara vez sucedía. Generalmente se le veía corriendo entre la multitud, con la corbata floja, el cabello enmarañado y el maletín entreabierto, dejando caer papeles a su paso. Subía al despacho aprisa, sin siquiera un taco en el estómago.
Hoy, sin embargo, luce bien peinado, con el uniforme perfecto, sin arrugas. Trae un café americano con leche descremada, canela y un sándwich de pavo y queso manchego que compró en la cafetería de la esquina. Cruza las puertas corredizas del edificio, con tranquilidad, sin notar raro el silencio. Entra al ascensor, como suele hacer mañana tras mañana y, al cerrarse la moderna cabina de cristal, escucha un estruendo bajo sus pies. Mira a sus encerados zapatos que tiemblan sobre la superficie. El ruido es cada vez más fuerte. ¿Sube o baja? El habitáculo parece haber aumentado la velocidad y Leodoro está asustado; pega un grito al derramar la bebida caliente en su camisa. ¿El elevador se movía de un lado a otro? De pronto se detiene y retoma la marcha con más fuerza. Sube y se sale del edificio. Nuestro protagonista ve la ciudad desde arriba. “¿Estaré soñando?”—piensa nervioso, se pellizca… Tiene miedo… ¿Morirá?
Leodoro no sabe que tras todo esto hay algo más: un plan para acabar con su desastrosa realidad.