Víctor de Regil
La ciudad de Puebla, capital del Estado, que concentra más de 30 por ciento de los votos, tiene actualmente un empate técnico entre Morena y la oposición del PRI y PAN. De prevalecer esta proyección para la contienda constitucional, las campañas definirán todo: ganará quien lo haga mejor o quien cometa menos errores.
Y es que, de acuerdo con la más reciente medición de la empresa Massive Caller, en Puebla capital no hay ventaja para nadie, al menos en lo que respecta a las marcas de estos institutos políticos.
En su encuesta sobre cinco alcaldías poblanas, destaca lo cerrado que está la competencia en la Angelópolis.
Lo que respecta a Morena, lleva la ventaja con 39.7 por ciento de las potenciales preferencias. Le sigue el Partido Acción Nacional (PAN), con 31.5 por ciento. Cierra el estudio el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con 5.6 por ciento. El margen de error es de “más, menos”, 4.3 por ciento.
Estos datos nos indican que en la capital existe un empate técnico al partido lopezobradorista con la alianza Va por Puebla, que seguramente sellarán PRI, PAN e incluirán al ya casi en extinción PRD. Juntos panistas y priístas llegan a 37.1 por ciento de las preferencias electorales. Lo que representa menos de tres puntos abajo, cifra incluso menor al margen de error que señala dicha casa encuestadora.
Eso considerando que su maridaje no les disminuya potencial entre su voto duro, como ha ocurrido en otros procesos, en otras ciudades.
El potencial de Morena, que Massive Caller ubica en la capital en 39.7 por ciento, es previsible que no suba significativamente, con la alianza con los partidos del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM), los cuales incluso podrían estar en riesgo de perder sus respectivos registron para el 2024.
La medición de las marcas partidistas deberá ser muy observada antes de seleccionar candidato o candidata.
En Morena, si es que el PT no se pone necio con que quiere la postulación, prácticamente a quien pongan irá con competitividad, por la marca, que está sumamente posicionada, más que por sus merecimientos propios.
En tanto, en la alianza PRI-PAN, que puede o no incluir al PRD -en realidad es lo de menos-, será más importante poner a un abanderado o abanderada con peso, no se pueden equivocar en la selección del candidato o candidata.
Recordemos lo que le sucedió a Morena en Puebla en 2021 que, a pesar de ser el partido que adelantaba en todas las encuestas, decidió apostar por la reelección de Claudia Rivera después de su pésima gestión al frente del gobierno municipal, lo que le valió su derrota y el regreso del PAN a Palacio Municipal.
La propuesta que más suena, en fórmula con Eduardo Rivera a la gubernatura, es Blanca Alcalá a la alcaldía capitalina.
Es la carta más competitiva de esa coalición, por el lado del PRI.
Pero incluso puede haber un Plan B y postular a Eduardo Rivera por la elección consecutiva o reelección.
Si el panorama se dibuja así y lo consigue, será el primer alcalde que alcance la ratificación en las urnas.
En la misma encuesta se midió la calificación de Rivera Pérez, con miras electorales. El presidente municipal tiene 44.2 por ciento que sí volvería a votar por él. En tanto, 55.8 por ciento dijo que no. No son malos números, considerando la fortaleza de Morena, el adversario al que tendrán que vencer.
El peso de la capital poblana es mucho. Hay que recordar que representa casi 34 por ciento del voto total de la entidad.
Por lo pronto, en esta medición y en este momento, se ve una competencia cerrada. Es tierra de nadie, electoralmente hablando al menos hasta hoy, por lo que hay mucho trabajo que realizar por parte de estos institutos políticos.