Jesús Alberto Cervantes Villegas. ¿Cómo se puede ser un mejor lector en escenarios postpandemia?

 

Jesús Alberto Cervantes Villegas (Veracruz, México. 1980)

Es Licenciado en Educación Primaria (CESER) y Lic. en Pedagogía con especialidad en Español (Universidad del Golfo), ha tomado diversos cursos, talleres y diplomados de actualización docente de forma presencial y en línea en diversas instituciones como el Tecnológico de Monterrey, INEE, Instituto Consorcio Clavijero, UNAM, Universidad de Cambridge, Universidad Pedagógica Veracruzana, ILCE, ICATVER. Está interesado desde hace varios años en la capacitación docente como estrategia de mejora. Ha escrito y publicado algunos cuentos cortos infantiles y artículos docentes. Actualmente es director de educación primaria en la zona estatal 059 y profesor de grupo en la zona 075 federal, en la ciudad y puerto de Veracruz.

 

“-Imagínese, compadre -dijo-, quiere ser escritor. – ¡Qué maravilla, comadre! -dijo-.

 Es un regalo del cielo. -Y se volvió hacia mí-: ¿Poesía? -Novela y cuento-? “.

-José Gabriel García Márquez, Vivir para contarla

 

¿Cómo se puede ser un mejor lector en escenarios postpandemia?

 

Staiger (2008) resalta: «la lectura es la palabra usada para referirse a una interacción, por lo cual el sentido codificado por un autor en estímulos visuales se transforma en sentido de la mente del autor» (p. 45). Mientras que, Solé (1997) define: «leer es un proceso de interacción entre el lector y el texto, proceso mediante el cual el primero intenta satisfacer los objetivos que guía a su lectura” (p. 68). Ahora bien, de acuerdo a las dos definiciones antes señaladas podemos decir que la lectura sería un proceso de comunicación que se da de manera continua entre el autor de un determinado texto y la persona que lo lee (lector), un intercambio de la persona que emite sus expresiones a aquella que interpreta los signos, códigos, emociones, sentimientos, ideas, pensamientos, conocimientos, etc., y los convierte en suyos, los disfruta, analiza y reflexiona, pero a la vez emite para sí mismo opiniones, se refleja en las líneas del escrito y retoma lo que le parezca lo mejor para aplicarlo a su vida cotidiana tratando de adecuarlo a su experiencia.

 

Concibo a la lectura como un medio de interacción muy importante, un proceso mediante el cual podemos descubrir a nuestro otro yo y plasmar los sentimientos que existen en nosotros mismos para transmitirlos a los demás, para la existencia de la lectura, lógicamente debemos retomar el lenguaje, pues tanto éste como la escritura son cimientos de la lectura, ya que sin uno no existiría el otro y viceversa, desafortunadamente en muchas ocasiones no le damos el valor correspondiente al proceso de lectura, no comprendemos lo que leemos, sólo repetimos un sonido, una palabra, sin verificar su significado y así lo transmitimos de manera hueca hacia los demás, el proceso de lectura es un arte, pues es saborear la palabra, deleitar el oído y echar a volar la imaginación.

 

La formación inicial de un niño surge en el nicho familiar, en donde sus padres y el entorno son los que se encargan de indicar, orientar, conducir y educar a los niños de acuerdo a su propia perspectiva, preparándolos así a la inserción social, logrando en ellos actitudes y aptitudes con el entorno sociocultural, es decir, dirigir hacia un aprendizaje.

Es menester señalar que en muchas ocasiones el contexto familiar delimita el aprendizaje, ya que hay diversos factores que influyen de manera directa sobre éste, así, el nivel académico de los padres, el nivel económico, social, cultural, se ven directamente ligados al aprendizaje de los niños.

 

De acuerdo a mi experiencia profesional como docente y directivo, es muy importante el tratar de inculcar en los estudiantes el hábito y el gusto por la lectura, pero ¿Cómo lograr el gusto?, ¿Cómo inculcarlo?, si la familia es un nicho de aprendizaje ¿Qué tipo de lectura llega a las manos de los niños?, toda la sociedad está de acuerdo en que sus integrantes logren aprender a leer y a escribir, al igual se encuentra de total acuerdo en que los niños aprendan a leer, pero ¿Qué…?

 

Desafortunadamente en algunas comunidades los padres de familia no están acostumbrados ni dispuestos a gastar determinada cantidad de dinero en la compra de un libro, la mayoría de niños tienen a su alcance en sus casas revistas adquiridas por sus padres que abarcan temáticas no aptas para ellos, revistas tales como: chafiretes, Tv novelas, Maistros, Lágrimas y risas, etc., revistas que cuentan con un contenido sexual, en donde muestran la pérdida de valores y que incluso hasta dan pauta a los niños a despertar de manera más temprana y abrupta en esos temas.

 

Cabe hacer mención que muchas revistas de ese tipo sugieren al lector a experimentar determinada acción como el robo, la mentira, etc., e inducen a probar el alcohol, las drogas, etc., leer no es sólo aprender a deletrear o descifrar signos, leer es disfrutar el contenido pero también es importante saber qué es conveniente escoger, leer es escuchar el sentido que las palabras guardan en sí, es por ello que los niños deben aprender a leer, por tal motivo los padres de familia al igual que los maestros debemos hacer una gran labor y buscar la mejor manera de ayudar a los niños a ser buenos lectores.

 

 

Como se ha venido comentando la realidad se enmarca de acuerdo a cada contexto, pero es posible lograr un cambio en los padres de familia, es un hecho que a nadie educan para ser padre, sin embargo, se pueden adaptar algunas ideas para lograr una mejor educación en los hijos, la educación pasa de generaciones adultas a generaciones jóvenes, en todo caso sería necesario reeducarnos nosotros mismos para buscar posibles soluciones a esta problemática, empezar a leerles a nuestros hijos desde que éstos aún no nacen o cuando tengan sus primeros años de vida, aunque los niños no entiendan disfrutarán en primera instancia la voz de la persona que les lea.

Como menciona Sastrías (1997) en su libro Caminos a la lectura, manifiesta que se puede fomentar el gusto por la lectura cuando:

  • Las personas que leen a los niños lo hacen con entusiasmo: Cuando un adulto lee con énfasis y respetando los signos de puntuación en las situaciones relevantes y en los acontecimientos señalados en la lectura logra impactar en el niño, pues hace que éste se interese mucho más por escuchar la lectura con atención.
  • El adulto que realiza la lectura puede enseñar las fotografías o figuras que pueden aparecer ilustrando el texto que esté leyendo: de esta forma el niño estimulará su mente y echará a volar su imaginación y al mismo tiempo las ilustraciones harán que el niño las relacione con su experiencia.
  • El adulto discute las historias con los niños: el adulto por medio de esta actividad logrará aclarar las dudas o posibles preguntas que al niño le surjan después de la lectura, también resulta importante porque de esta forma el niño no se queda con dudas.
  • Se ayuda a los niños a identificar letras y palabras.
  • Para poder guiar la lectura se puede usar el dedo índice para que los niños puedan seguir la historia al mismo tiempo que el adulto.
  • Hablar acerca de los significados de las palabras: resulta gratificante para el niño ya que amplía de esta manera su vocabulario, así la persona que le lee se la puede explicar para que el niño la comprenda y de esta forma comprenda el mensaje del texto si tiene dudas.
  • Los padres de familia y los maestros podrán leer a los niños sus libros favoritos para que de esta forma vayan formando el gusto y haciendo el hábito en ellos.
  • Para ver si de verdad entendieron y analizaron lo que se les leyó a los niños, se deberán hacer preguntas relacionadas con el texto.
  • Fomentar en los niños la imaginación para que inventen sus propias historias, lo pueden hacer a base de recortes de revistas, fotos o dibujos.
  • Es importante que los padres mantengan libros en casa para que los niños puedan elegir algunos y convertirlos en sus favoritos para leerlos. Los padres pueden fijar una hora de lectura durante el transcurso del día o incluso antes de ir a dormir, ya que de esta forma se fomenta el gusto y el hábito por la lectura.
  • Los padres deberán leer con mucha frecuencia y con entusiasmo para que los niños tomen una actitud positiva en cuanto a la importancia de la lectura, ya que también los niños tratarán de imitarlos y si los padres de familia llevan libros a su casa “demostrarán” a sus hijos que la lectura es necesaria para su aprendizaje.
  • En cuanto al profesor, éste será motor de motivación y despertará en los niños interés a través de sus actitudes y aptitudes dentro del salón de clases. Es muy importante que el maestro no sea un esclavo del programa, sino que, dé rienda suelta a su imaginación y creatividad implementando diferentes actividades en clase en donde fomente el gusto por la lectura y ¿por qué no?, forjar en los niños un hábito creando círculos de lectura y talleres de creación literaria.
  • Ahora bien, el maestro no debe someter a sus alumnos a una lectura obligatoria, debe buscar maneras para hacer de la lectura una lectura placentera y de esta forma resultará un deleite para sus alumnos.
  • Tanto padres de familia como maestros deben enseñar al niño a buscar o investigar en los estantes de la biblioteca y ¿por qué no?, solicitarles recoger el periódico. (p. 32-56)

 

Estos pasos se oyen fáciles de realizar, pero seamos realistas, ¿Contamos con el apoyo de los padres de familia?, ¿Tenemos los recursos necesarios?, ¿Nosotros como maestros realizamos correctamente las estrategias de enseñanza-aprendizaje?, muchas son las interrogantes que asaltan en esta problemática, sin embargo, tenemos cerca los medios para hacer de nuestros alumnos buenos lectores.