Victor de Regil
Los partidos de oposición en Puebla, hasta ahora, son un desastre. En las condiciones actuales, ninguno de los partidos que integraron en 2021 la alianza “Va por Puebla”, PRI, PAN y PRD, tiene posibilidad aritmética, autoridad moral y capacidad operativa para ganar en solitario la gubernatura en 2024. Juntos no suman más de un potencial de 750 mil votos en todo el estado. Encima, hay muchas simulaciones. Un ejemplo claro ocurre en las filas priístas de Puebla capital, en donde está agazapada la base de apoyo de Morena, del pasado muy reciente, aunque lo haya hecho desde el clóset.
Y es que luego de conseguir triunfos en las elecciones extraordinarias de Teotlalco y Santa Rita Tlahuapan, la semana pasada, el presidente estatal del tricolor, Néstor Camarillo Medina, se puso muy valentón. Lanzó en la cara a los panistas la provocación de que, sin ellos, no van a poder ganar dentro de dos años y casi casi que ellos sin problema solos pueden ganar la gubernatura. Nada más alejado de la realidad.
Al ex alcalde del municipio de Quecholac, en el Triángulo Rojo del huachicol, le salió lo peleonero. Pero es desproporcionado, porque los triunfos que consiguió en días recientes, son apenas simbólicos, pues se trata de municipios muy pequeños. No demuestran ninguna fuerza electoral real.
Lo que es cierto, es que el PRI en Puebla no vale más de 200 mil potenciales votos. Insuficientes para ganar una elección, pero necesarios para sumarse con otras fuerzas políticas, como lo hicieron en el proceso pasado.
Por eso la presidenta del Comité Directivo Estatal panista, Augusta Díaz de Rivera, le respondió que el PAN se sobra para ir en solitario cosa que, tampoco es posible.
Mientras, el tercero de esta mezcla electoral, que no pesa siquiera 40 mil posibles votos, el PRD observa. Aunque esos votos, aunque pocos, en una elección cerrada podrán marcar la diferencia entre ganar o perder una elección.
La realidad es que son un despropósito las declaraciones del ex presidente municipal de la zona huachicolera. Por supuesto que el tricolor no puede solo. Es más, no hubiera ganado ninguna diputación local de mayoría relativa, si no es por su alianza con el PAN. Esa es la realidad que viven el PRI en este momento
Pero más aún, con qué autoridad moral lanza ataques a sus aliados, si en casa tiene a los operadores morenistas del pasado reciente.
Recordemos que, a mediados de enero, rindió protesta el nuevo Comité Directivo Municipal (CDM). Todos los integrantes están identificados con el grupo del ex diputado local José Chedraui Budib, un permanente aspirante a la candidatura a la alcaldía capitalina que se le ha negado hasta el momento.
Sin consultar al imberbe Néstor Camarillo, el presidente nacional priísta Alejandro Moreno Cárdenas consintió esa nominación.
El gallo de Camarillo para esa posición, Érick Salgado, se quedó solamente mirando.
Fueron nombrados, presidente y secretaria, Sebastián Hernández Orozco y Rocío Toxqui Oropeza, respectivamente.
Pero en realidad el CDM está plagado de morenistas. Sebastián trabajó para MORENA en el 2018 y abiertamente pidió el voto para el lopezobradorismo. Óscar Monrroy, el secretario de Operación Política, igual.
También hay otros nombres, como el de Óscar Torres, quien, se dice, abiertamente en las elecciones del 2021 operó a favor del suplente de Saúl Huerta, el ex legislador federal hoy preso por agresiones sexuales a menores.
Ahí están entre los ex priístas, luego morenistas, y ahora otra vez priístas, nombres como David Torres, la ex diputada federal suplente Anel Fernández, Rodolfo Páez y Emanuel Balderas, secretario técnico, quien ha trabajado para ayuntamientos morenistas.
Sume también al ex diputado local Francisco Jiménez, de San Francisco Totimehuacan y del clan de Huerta (es sobrino de Saúl). Todos ellos y ellas apenas en 2018 y 2021 pidieron el voto para Morena.
De los pocos priístas de cepa que quedan en el CDM, está Ramón Soriano Hernández, de nuevo en la Secretaría de Vinculación con la Sociedad Civil, pero lo han relegado “sacachambas”, a quien todos conocen pero nadie apoya, porque no tiene padrino y menos en Morena.
Finalmente, corre la versión, sin confirmar, de que en unos días el ex diputado federal Víctor Giorgana será presentado como secretario Adjunto a la Presidencia. Aunque sin mucha verosimilitud, es una especie que se propala, y que además será en realidad “el verdadero poder” en el CDM.