Tonatiuh Valenzuela Blanco (Veracruz, Ver, México. 1993)
Estudió la licenciatura de Educación Deportiva en el “Instituto Leonardo Bravo”. Publica ensayos literarios en el portal de noticias del semanario Siete Días de Puebla, El Dictamen de Veracruz, Decano de la Prensa Nacional y en la revista de Literatura Pueblos de la Mixteca, que se distribuye impresa y en electrónico en Msica y teatro.leres literarios y y ha studiadotribute en México y en los Estados Unidos de América. Publicado en la Primera Antología Internacional de poesía Sabersinfin. (2020), actualmente está por integrarse al sistema educativo como profesor de educación física.
La vida no es fácil, pero hay un motor llamado corazón, un seguro llamado fe, y un conductor llamado Dios
CARTA PARA DIOS
Querido Dios:
Sólo me queda agradecerte por este maravilloso regalo que es la vida, sé que estás ahí cuidándome y a la vez, enseñándome; con cada caída, con cada batalla; perdida o ganada, con cada instante de paz, en cada tragedia, en los momentos de felicidad.
Entiendo que obras de manera misteriosa, hay días en que aparentemente el sol no brilla, en que pareciera todo nublado y triste, sin embargo, tu luz sigue esperándome, porque es mi flama la que titubea al alejarse de Ti.
Las circunstancias y los acontecimientos no son ni buenos ni malos, por eso nos diste el libre albedrío, para elegir qué vereda tomar y tenemos que aceptar el resultado de nuestras acciones, siempre habrá consecuencias, el karma sí existe y es justo, aunque a corto plazo no lo parezca y no lo entiendas, siempre cosechas lo que siembras.
Desearía entenderte como una persona, pero eres mucho más que eso, eres el Espíritu universal que une a todo lo que existe, eres más que un concepto, eres la luz entre las tinieblas, nuestra mente limitada no alcanza a vislumbrar tanta grandeza, es como si una gota de agua quisiera comprender el océano, lo que sí podemos, es fundir nuestro espíritu contigo por momentos, solo así podemos sentir tu presencia; cuando oramos, meditamos, tenemos un momento de introspección, cuando estamos bien con nosotros mismos, bien con la naturaleza y con todos los seres que nos rodean.
Gracias por las veces que estuviste conmigo en mi recorrido, aunque yo no te lo pidiera, gracias por enseñarme que somos pasajeros del tiempo en este plano terrenal y que no hay que aferrarnos a nuestros cuerpos físicos, porque somos más que eso, ni asustarnos cuando nos reencontremos contigo cara a cara, en la eternidad donde has morado siempre, gracias por enseñarme que soy más que mis pensamientos e ideas, que mi esencia es imperecedera, que soy uno más de tus hijos y debo mostrar humildad por eso, gracias por enseñarme que tu bien está en todo y es más grande que todo y aquí también tu bien prevalece.
Querido Dios:
No puedo pedirte nada más, porque ya me lo has dado todo con tu benevolencia, agradezco estar aquí mismo escribiéndote estas líneas, pensar en ti, estar contigo, me llena de inspiración en este planeta que es mi hogar, sólo espero que nos ayudes a despertar nuestra autoconsciencia antes de que sea demasiado tarde.