Teresa Vázquez Mata. El rostro de los silencios

 

Teresa Vázquez Mata. Convirtiendo en historia todo cuanto la rodea, construye nuevos mundos. Poniéndole color y energía al verbo, descubre los conflictos existenciales del ser humano y nos invita a reflexionar. Con sobrado talento, le ha dado valor a la narrativa contemporánea, regalándonos el México de su mirada o su sentir.

Bajo la tutoría del maestro Miguel Barroso Hernández, destaca en el Taller de Escritura Creativa Miró. Y es que a Tere, escribir, se le ha vuelto una pasión a la que no quiere renunciar.

 

El rostro de los silencios

 

Juntos, encontrábamos mil y una formas de entretenimiento o complicidad. Jugar, reír, comer helado o tumbarnos en el pasto a descubrir formas en las nubes, era sólo el pretexto para no alejarnos.

Secundaria, preparatoria y universidad… juntos, como amigos aparentemente sin secretos o segundas intenciones. Pero de pronto, siendo hijos de familias tradicionales en la década de los 70, comenzamos a sentir la presión de nuestras respectivas madres. Sus indirectas, primero disimuladas, no lograban hacernos reaccionar. Entonces, los comentarios fueron más precisos:

—¿Y ustedes cuándo se piensan casar?

Sergio y yo nos mirábamos sin saber exactamente qué decir o hacer. Y, finalmente, terminé dando el sí frente al obispo de moda y a la abominable sociedad que hipócritamente aplaudía nuestra unión. “Si la envidia fuera tiña, ¡cuántos tiñosos hubiera!”, diría mi abuela que siempre recordaba un buen refrán.

—Tu historia de amor es un hermoso cuento de hadas —aseguraban mis amigas y yo sólo sonreía porque, aparentemente, vivía el matrimonio perfecto.

No podían imaginar que, en realidad, quería estar cerca de Clara: el amor de mi vida. Y Clara era la hermana de Sergio… el hombre que supo ser amigo, marido y cómplice por sobre los prejuicios de la época.