P U L S O P O L I T I C O
Gabriel Sánchez Andraca
Solo el Partido Revolucionario Institucional, pese a su tragedia del 2018, puede cubrir con candidatos propios los 15 distritos electorales federales, los 41 distritos locales y los 217 ayuntamientos de la entidad.
Sus ahora aliados PAN y PRD, nunca han tenido presencia total ni en el estado, ni en el país: nunca han sido realmente partidos nacionales. Tenían ideologías distintas: el PRI era un partido liberal, el PAN un partido de derecha y el PRD supuestamente de izquierda. Ahora como afirma el gobernador Miguel Barbosa, han perdido identidad.
Ya la habían perdido hace tiempo. La alianza PAN-PRD, es un prueba de que ni el PAN es de derecha, ni el PRD de izquierda y que su alianza en Puebla en el 2010, solo sirvió para que un grupo de oportunistas ambiciosos se adueñara del Estado, porque fueron dueños, propietarios de la entidad, pues gobernaron sin proyecto, gastando enormes cantidades de dinero sin ton ni son, en obras ostentosas que no tuvieron ningún impacto benéfico en la sociedad.
Pero además, ese grupo no pertenecía a ningún partido sino a una corriente que se adjudicó el nombre de su jefe el entonces gobernador. No tuvo el PRD a ningún funcionario de importancia y el PAN solo logró colocar a un joven por cierto, licenciado Rodríguez Regordosa que terminando el gobierno, primero que gana el PAN en la entidad, desapareció del panorama político, como durante el gobierno panista desaparecieron los que habían sido panistas desde que el partido de la derecha, se alquiló como franquicia de los grupos empresariales enojados con el PRI, por la nacionalización de la banca. Estos salieron temporalmente de la política, por temor al autoritarismo que ejercía el jefe del ejecutivo supuestamente panista. Solo doña Ana Teresa Aranda, la que fue considerada “guerrera” por sus poses contra el priísmo, se atrevió a renunciar. Regresó a las filas blaquiazules, pero ya despojada del glamur inicial, se dio cuenta que había sido olvidada y discretamente se fue.
POR ESO NO DEBE EXTRAÑAR, QUE EL PRD declare que en 11 distritos federales, ese partido competirá en alianza con el PRI y el PAN; en la mayoría de los distritos locales ocurrirá lo mismo y en la mitad de los ayuntamientos.
Los distritos locales son 26 y la alianza de los que fueron los principales partidos políticos del país hace unos cuantos años participarán con candidatos comunes, en 20.
TODO ESTO NO ES MAS QUE LA MUESTRA PALPABLE de los que fueron los grandes partidos políticos del pasado.
Como dijimos ayer en este espacio: han perdido su ideología, de hecho ya ninguno de los tres sustenta ideológicamente nada, los tres son lo msmo: han perdido la estructura y organización, que en el caso del PRI era completa en la entidad; la del PAN menos que mediana y la del PRD, muy mermada.
Confrontan fuertes divisiones internas, no realizan ningún trabajo de campo para crecer organizadamente y excepción del PRI, carecen de elementos para lanzar a todos los candidatos que son necesarios para cubrir la totalidad de los puestos de elección popular en disputa.
EN EL CASO DE MORENA, QUE ESTÁ EN EL PODER: no tiene la estructura necesaria, pese a que puede tenerla porque lo que le sobran son militantes por convicción o por oportunismo, pero los tiene; carece de organización y de disciplina interna y cuenta con recursos superiores a los de sus opositores, para realizar buenas campañas,
Las campañas ya en forma, para elegir candidatos dentro de los partidos y para empezar a trabajar con la ciudadanía, se iniciarán hasta pasando este mes. La pandemia y las fiestas tradicionales de Navidad y fin de año, impedirán que éstas se lleven a cabo en la forma tradicional, pero van a ser unas campañas interesantes, que Morena puede aprovechar para reorganizarse y conformar un auténtico partido. Tiene gran cantidad de capital humano y recursos suficientes, solo se necesita que sus dirigentes nacionales y locales se decidan a llevar a cabo un buen trabajo, como el que planteó al inicio de su mandato en la dirigencia nacional de su partido Mario Delgado Carrillo.
Por lo que respecta al PRI, parece que a sus dirigentes locales y nacionales, lo que menos les interesa es resucitar. Están llevando a cabo un trabajo cuya mediocridad se pone de manifiesto en pensar que con aliarse con un partido de derecha y de izquierda, pueden vencer al nuevo partido en el poder, cuando el presidente no ha perdido el apoyo y la preferencia entre sus electores. Los priístas solos tienen con qué responder, pero buscan el cobijo de partidos que nunca, aunque llegaron dos veces al poder federal, han sido auténticos partidos nacionales.