Sheinbaum, los primeros 6 meses

 

La primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha cumplido sus primeros 6 meses al estar al frente del Poder Ejecutivo. Sin duda han sido 6 meses muy complejos que, en lo general, se han podido sortear de forma eficaz.

Es una realidad que la presidenta tiene varios frentes abiertos que han complicado su arranque de gobierno. Pero el más grande de ellos es, sin duda, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump. Y es que, desde que tomó posesión, Trump ha generado una enorme incertidumbre sobre las medidas arancelarias que ejecutará. Esta incertidumbre, ha sido veneno para la economía mexicana. Si de por sí venía desacelerándose desde 2024, este año se detuvo y ya estamos al borde de una recesión.

Pero, lo que no podemos negar, es que la presidenta ha manejado razonablemente bien el tema de Trump con prudencia y cabeza fría. Para tranquilizarlo, Sheinbaum aceptó una mayor presencia de la Guardia Nacional para evitar el cruce de migrantes indocumentados al vecino del norte; además, le envió a 29 capos del narcotráfico para que los juzguen allá y les ha dado golpes importantes a los traficantes de fentanilo.

Como muchos medios y analistas advertían, de regresar Trump a la Casa Blanca, el país que estaba más expuesto a sufrir sería México por su gran dependencia económica de Estados Unidos. Pero no ha sido todo, pues además de a Trump, Sheinbaum ha tenido que enfrentar tremendos problemas heredados de su antecesor, el expresidente López Obrador.

Entre ellos, podemos decir que le dejaron una hacienda pública raquítica. El gobierno no tiene dinero. El secretario de Hacienda del sexenio anterior, Rogelio Ramírez de la O, ya se fue dejando tras sí un presupuesto muy difícil de cuadrar. El déficit del 2025 y el hoyo financiero que significa Pemex pone en peligro la calificación de la deuda soberana del país, que podría perder el grado de inversión. Con un nuevo titular de Hacienda, Edgar Amador, la presidenta deberá superar este reto enorme, nada menos que un contexto de una cada vez más probable recesión económica.

Pero hay otro problema aún mayor heredado: la inseguridad. Ahí sí hemos visto un rompimiento con el gobierno anterior. En la práctica, se acabó la política de “abrazos, no balazos” para combatir la impunidad por medio de operaciones policiacas basadas en inteligencia, el sello de tener al mando a un policía profesional como es Omar García Harfuch.

Es tan grande el problema heredado que tardará mucho tiempo para que México se pacifique. La violencia no ha cesado en varios estados. En Sinaloa, por ejemplo, sigue la guerra intestina entre las dos facciones dominantes del cártel de ese estado. Ciertamente, en las estadísticas, los homicidios han bajado, aunque las desapariciones han subido. Por lo menos hay que aplaudir que se está haciendo algo diferente que en sexenios pasados.

Claudia se comprometió a pasar las reformas constitucionales que anunció AMLO el año pasado. Cumplió y ahora tiene que ejecutar la ridícula elección de todos los jueces federales y locales de México. Es una locura que no tiene ni pies ni cabeza, una ocurrencia del expresidente que va a salir mal.

Sí, Morena se apropiará del Poder Judicial, pero a un precio altísimo. Lo que menos necesita una economía en recesión es la incertidumbre jurídica que esta reforma generará. Un problema heredado por AMLO pero que, al parecer, la presidenta no quiso o no pudo frenar.

Estos seis meses han sido de divisiones y reacomodos en Morena. Ya sin AMLO en el escenario, muchos protagonistas del morenismo se han enfrentado. La presidenta no pudo pasar su reforma contra el nepotismo como quería por divisiones dentro del movimiento. Y la CNTE logró detener la

Seis meses de muchos problemas. Varios frentes abiertos con pocos operadores políticos eficaces que apaguen los fuegos. Un comienzo de sexenio muy difícil. Lo bueno, para Sheinbaum, es que no existe una oposición que la desafíe.