Jorge Marcelino Alejo
La Seguridad que va para Tecamachalco, dictada por el Gobernador Miguel Barbosa, tiene que ser para todo el Triángulo Rojo. También tiene que ir acompañada de inversión y empleo bien remunerado. Es el antídoto para erradicar la delincuencia que tuvo años para incrustarse en las poblaciones.
La inversión y la creación de empleo, se alejaron de los municipios incluidos en el “Triángulo Rojo” desde que hubo dinero fácil con el huachicol, cobro de piso, narcomenudeo, secuestro, asaltos al transporte, a trenes, comercio y empresas, entre otros delitos, que siguen dejando sangre, dolor y más pobreza económica.
Eso y más lo encontramos desde Amozoc; Tepeaca, Tecamachalco, Acatzingo, Palmar de Bravo, Quecholac, Tochtepec, San Simón Yehualtepec, Tlacotepec de Juárez y decenas de juntas auxiliares como Huixcolotla, Palmarito y otras. En ellas brotó la delincuencia con su secuela de sangre y muerte.
A consecuencia de reciente balacera ocurrida en la junta auxiliar de San Juan Bautista, del municipio de Tecamachalco, donde quedaron tirados seis cadáveres que fueron rafagueados con balas de grueso calibre, el gobernador Miguel Barbosa dispuso que el Estado asuma el control de la Seguridad en Tecamachalco. Anunció que también hará limpia de bandas delincuenciales que tienen en su poder a la “plaza” Tecamachalco.
Que el Estado asuma el control de la Seguridad en dicha zona, es una excelente acción de gobierno, aunque debió tomarla desde agosto del 2019, pero al parecer, hasta ahora se percata de la grave inseguridad en que viven familias en municipios del “Triángulo Rojo”. Atrás quedaron los anhelos de convertirlo en “Triángulo Verde”.
Se esperan pues, buenos tiempos para decenas de poblaciones y miles de familias, que por más de una década sufren crímenes, pérdidas humanas y económicas.
Para lograrlo, el Gobierno tiene dos vertientes. Una es emplear el equipo de seguridad y fuerzas armadas –que obviamente no tienen los municipios ni mucho menos las juntas auxiliares- para erradicar a la delincuencia y proteger a la ciudadanía indefensa.
La otra es desplegar gran esfuerzo en promover apoyos y alianzas con el sector empresarial regional, para captar inversiones que sean generadoras de empleos.
La esperanza es que se aleje el terror y dolor del “Triángulo Rojo”. Que vuelva la ocupación productiva que brindan las empresas, que vuelva la labranza en el campo para que florezcan cultivos de alimentos.
El vehemente deseo, es que la generación de riqueza sea con el sudor del trabajo honesto, y que NO sea producto de las armas, las balas, la pérdida de vidas y el sufrimiento de las familias.
M E M O R A N D U M
¿LA 4T USARÁ FIDEICOMISOS?
De la eliminación de 109 fideicomisos que realizaron legisladores federales, se desprenderá una lucha con repercusiones en plano nacional. Habrá crisis financiera en segmentos que les compete a cada fideicomiso. Quiérase o no, su desaparición es justificada por la 4T en aras de su combate a la corrupción.
La tragedia será por falta de recursos en salud, educación, desastres naturales, ciencia, tecnología, universidades, cine, deporte y demás. Y crecerá igual que la lucha en el 2021.
Pero como es año de elecciones políticas, es marco propicio para que se diga lo feo y lo bonito del fideicomiso, (que como instrumento financiero tiene sus bondades) que se castigue a los que hicieron mal uso de ellos y se premie a quienes –si los hay- los administraron bien.
Y todo, porque si la 4T no decreta que se deje de usar la figura del fideicomiso, puede que nos sorprenda con alguno que otro por ahí.