Victor de Regil
En los últimos años, autoridades de distintos niveles de gobierno, han desestimado las apariciones de grupos de la delincuencia organizada en Puebla, esto, junto al historial de sicarios y generadores de violencia que dejaron en claro la importancia de que esta entidad tiene para más de un grupo criminal.
El crimen organizado, como lo conocemos hoy en día, está en Puebla desde 1960, cuando Antonio López de La Rosa, alias El Tío Toño, ganó el poder de la plaza con delitos como el narcomenudeo, secuestro y extorsiones, mismas actividades que lo hicieron uno de los principales blancos de las autoridades hasta finales de la década de 1970.
En fechas más recientes, un caso que puso a Puebla en la lupa a nivel nacional fue la aprehensión de Benjamín Arellano Felix, realizada el 9 de marzo del 2002, un mes después de que Ramón Arellano Félix fuera asesinado en Mazatlán; esto, cuando elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) establecida en la XXV Zona Militar, ingresaron a una zona residencial de Zavaleta para catear el inmueble 24 de Villas El Navariego, de donde sacaron esposado al líder narcotraficante que junto a sus hermanos, había iniciado el Cartel de Tijuana al separarse del Cartel de Guadalajara en 1989.
Tras su arresto, se informó que Arellano Felix había encontrado en Puebla la ciudad perfecta para que sus hijos llevarán una vida cómoda, muestra de ello fueron las residencias encontradas a su nombre, una en el Fraccionamiento La Escondida de Camino Real a Cholula donde se aprehendió a su mano derecha, Manuel Martínez; y otra vivienda ubicada en San José Vista Hermosa, donde habitaban sus hijos y esposa.
Desde este evento. Se intensificó la presencia de grupos como el propio Cartel Tijuana, el Cartel de Ciudad Juárez, el Cartel del Golfo, Cartel de Guadalajara, el Cartel de Sinaloa, Los Zetas, Nueva Sangre Zeta y recientemente la aparición del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Otro hecho, fue la detención de Sergio Enrique Villarreal Barragán, alias El Grande, miembro del Cartel de Juárez, en septiembre del 2010 en la capital poblana, donde agentes de la Secretaría de Marina (Semar) aprehendieron al capo en el Fraccionamiento Puerta de Hierro; este blanco prioritario de las autoridades por sus presuntos más de 90 casos de tortura y secuestro.
Del mismo modo, Daniel Fernández El Pelacas, quien tuvo como última morada en libertad, la zona residencial de La Vista Country Club, donde el 12 de febrero del 2014 la PGR ingresó para aprehender al también aliado de Joaquín El Chapo Guzmán.
De los criminales con mayor renombre en la entidad y sus alrededores, se encuentra Roberto de Los Santos, alias El Bukanas, hombre que inicio en territorio poblano con actividades como el robo a trenes de carga y robo de mercancías. Dentro del historial de este criminal destaca su paso por la dirección de la Policía Municipal de Acatzingo, donde habría incursionado en el robo de hidrocarburo, ante un acercamiento con “Los Zetas”, regresando a Palmar de Bravo a realizar operaciones de alta peligrosidad
En 2014 la Semar reportó la detención de Rafael Melgarejo, alias El Profe o El Jirafales, quien era identificado como operador y contador de Los Zetas, a quien arrestaron en un operativo en Bosques de San Sebastián; no obstante, este miembro de uno de los entonces carteles más peligrosos fue liberado y durante el 11 de noviembre de este 2023, fue abatido en Plaza One, de San Andrés Cholula, evento en que su hermano fue secuestrado.
José Eduardo González, cabecilla de Los Zetas, fue aprehendido en una marisquería de la capital poblana, donde las autoridades lo arrestaron en compañía de seis de sus cómplices que se encontraban armados. Este aseguramiento fue destacado como “un duro golpe a su grupo criminal”, por ser uno de los más violentos en cuanto a su actuar en los límites de Puebla y Veracruz, donde los secuestros, extorsión, robo de hidrocarburo y atracos en carretera, eran parte de las actividades cotidianas.
Poco después, de nueva cuenta, Puebla fue centro de actuación en seguridad, con la detención de Ángel Villalobos Arellano, alias El Alas, quien era también conocido como el “Capo de la Amapola” en la Sierra de Guerrero, donde realizaba la siembra y corte de dicha flor utilizada para la creación de narcóticos, además de que ejercía cobro de piso en Chilpancingo, por lo que era considerado uno de los pilares de la inseguridad en dicha región; no obstante, fue detenido en un restaurante de Atlixco, en medio de un fin de semana familiar en marzo del 2016.
Ahora, con la presencia del grupo conocido como “La Barredora”, Puebla enfrenta este 2024 una ola de violencia pocas veces antes visto, lo que confirma la operación de este grupo brazo del Cartel Jalisco Nueva Generación en territorio póblano.