Abel Pérez Rojas
El futuro es algo trastocado y empeñado por muchos,
pero trabajado consciente y responsablemente por pocos
Abel Pérez Rojas
Causó asombro, curiosidad y burlas que en mi más reciente gira literaria por Chile llevara conmigo una figura humana impresa en una lámina plegadiza de policarbonato a la que le puse por nombre Nenuco Calva.
El Nenuco apareció a mi lado en recitales poéticos, ceremonias formales, al lado de la bandera mexicana en el Museo Palacio Vergara –en la mítica Quinta Vergara–, en convivios fraternos, en degustaciones de vino, en el aeropuerto, a la orilla de los maravillosos lagos de Pucón, entre otros tantos lugares.
Cuando les explicaba un poco quién era y por qué me acompañaba el Nenuco –nenuco, palabra que significa cariñosamente bebé, muy similar a la palabra bebecito–, las personas se tomaban fotos con él, lo saludaban e inventaban charlas.
Cuando mi amigable guía me tomó algunas fotografías en Pucón, los turistas se detenían a ver de qué se trataba, pensaban que estábamos filmando un comercial, un programa de televisión o alguna broma para las redes sociales; sacaban su teléfono móvil y empezaban a filmar o tomar fotografías.
No sé bien qué les atraía del Nenuco, pero de que tuvo su encanto no me queda la menor duda.
Pero ¿por qué y a quién pertenece la figura que se convirtió en el Nenuco?
El Nenuco Calva es una figura en tamaño natural impresa y montada en policarbonato de mi querido amigo el doctor Salvador Calva Morales.
El próximo viernes 7 de abril, Salvador Calva cumplirá 79 años plenamente vividos.
Mi cómplice de investigaciones multidisciplinarias es doctor en Educación y Administración, ha recibido múltiples doctorados honoris causa, es médico veterinario y zootecnista especializado en animales salvajes, fundador y rector del Sistema Universidad Mesoamericana y autor de veintitrés libros de poesía, artículos y ensayos.
Salvador se ha convertido en el defensor del derecho al orgasmo en las personas mayores de setenta años, predica que los animales son los mejores maestros de los seres humanos y sostiene que hay que realizar al menos un acto de bondad al día.
Calva Morales es un empecinado en vivir a plenitud hasta el último minuto de vida, por ello ha dedicado los más recientes meses a documentar su legado intelectual, artístico y su experiencia de vida.
Como buen etólogo sabe que aunque el ánimo esté a tope el cuerpo no tiene palabra de honor, por ello cuida de su salud y por cuestiones médicas evita entre otras cosas los viajes prolongados, pero su ánimo no mengua por provocar y contagiar a otros el amor al conocimiento y al saber.
En medio de ese contexto el año pasado surgió la Colección Biblioteca Salvador Calva, la Presea Corazón de Fénix, la Distinción al Mérito Civil que lleva su nombre y otras tantas iniciativas que paulatinamente se han dado a conocer o en breve serán públicas.
Salvador sabe que en muchos sentidos es un hombre adelantado a su tiempo y aunque la tecnología ha avanzado, la curva entre desarrollo y tiempo de vida van a velocidades diferentes.
Por eso trata de escribir y documentar todo lo que puede, todo lo que sabe, mucho de lo que ha vivido.
Fue ahí donde surgió el Nenuco Calva.
El Nenuco es una representación muy básica de lo que será en unos años, muy probablemente, un avatar holográfico de él; adicionada en aquel entonces, con una serie de aportes teóricos y artísticos, que por su profundidad, estoy convencido, perdurarán a la presente generación.
Para entrar en esos terrenos es preciso explicar algunos aspectos para que quede claro que el Nenuco no es una mera ocurrencia producto de las mentes febriles de Salvador y la mía.
Volaremos como hojarasca / para dar paso a los retoños / con nuestra partida / abriremos otro capítulo / del drama que se reescribe / en los genes / de la línea sucesoria sin fin / lo que fuimos / será borrado por Cronos / la esperanza / dejará latente / el impulso que cobre / lo que fuimos / y abonamos / otros vendrán / a sumar lo que son / la esencia que mantiene viva / la tea que guíe / la llama incendiaria / que borre la línea / entre la luz y las sombras / y permee / el dardo certero / todos los bandos son uno / como UNO es / quien se funde en la Fuerza / que todo cubre / todo impulsa / todo vuelve al origen / y todo libera ( Sucesión sin fin. APR. 2021)
El Nenuco Calva, los avatares holográficos concentradores de memorias y existencias previas, y la prospectiva.
La apropiación del futuro y su atracción al presente para hacerlo realidad es la clave que más me fascina de la prospectiva, tal y como exhaustivamente la ha estudiado y desarrollado mi querido amigo y maestro, el Dr. Luis G. Benavides Ilizaliturri, considerado uno de los mejores educadores del mundo hoy día.
Mientras muchos siguen pensando que es una pérdida de tiempo ocuparse del futuro porque, dicen, éste aún no sucede y es incierto, otros –entre ellos me incluyo–, centramos gran parte de nuestra actividad en él, obviamente sin perder de vista la sana visión del presente, es decir, la acción en el futuro, desde el futuro, pero con los pies bien puestos –por salud mental–, en el “aquí y ahora”.
El futuro, pese a las opiniones contrarias, es una de las cuestiones más manipuladas, trastocas, vulneradas y comprometidas del presente.
A simple vista parece un juego de palabras, pero no es así.
Por curiosidad busque usted algún tema en Internet y pregúntele cómo será eso que busca en el año 2050 o 2100, para su sorpresa hallará en el ciberespacio bibliografía, debates, planos, películas, etc., en los cuales no solo se trata el asunto, sino que se bosqueja y detalla de tal manera que también podrá comprobarse o deducirse que hay quienes están invirtiendo para adueñarse de ese algo desde ahora.
Por ejemplo, esta mentalidad prospectiva es la que ha llevado a China a convertirse en la cuasi primera potencia mundial en relativamente pocos años.
Los chinos invirtieron, y lo siguen haciendo, de manera callada, discreta, en muchos rubros en apariencia inexistentes para el resto del mundo, pero para ellos no.
Ahora mismo están destinando millones y millones de yenes a cuestiones culturales, porque tiene muy claro que desde la cultura es como lograrán desbancar al inglés como el idioma global y a los Estados Unidos como la gran fábrica de modas, costumbres y pensamientos.
¿Qué tiene que ver esto con el Nenuco Calva?
Que en unos años, tendremos aplicaciones que nos permitirán “reconstruir”, a nuestros seres queridos que se nos adelantaron en el camino.
Las “reconstrucciones” holográficas serán a partir de todas las evidencias y registros que hayamos dejado en el ciberespacio y en cualquier otro medio de grabación.
Llegado el momento, a través de las aplicaciones nuestros nietos charlarán con nuestros avatares o con el de sus seres queridos, recibirán consejos de ellos y recrearán momentos inolvidables.
Almacenados en el ciberespacio o en injertos nanobioinfotecnológicos, nos traerán en formato de “nenucos” del futuro.
No todo queda en el simple hecho de una figura, como es el caso de Salvador, sino que, detrás de ella y en los libros que se están escribiendo, hay aportes teóricos de tal envergadura que van a trascender al presente, verbigracia los siguientes constructos: transpandemia, caractitud, derecho al orgasmo en las personas mayores de setenta años, etc.
A propósito de las recreaciones digitales a partir de los registros en vida y las programaciones después de la muerte, les recomiendo ver el primer episodio de la segunda temporada de la serie de ciencia ficción Black Mirror o la película Trascender.
En síntesis, el Nenuco Calva es el primer modelo de experimentación prospectiva a partir de materiales muy básicos, pero conscientemente previos a las “reconstrucciones” holográficas (digitales), como herencia transgeneracional de un legado intelectual de una trayectoria destacada.
El aporte prospectivo del Nenuco será más evidente cuanto más tiempo pase y cuando más elementos de la experimentación holística transcurran, claro que, aunque es difícil decirlo, tendrán más peso cuando nuestro querido Salvador o yo, o los dos, hayamos trascendido a otro plano.
Con el Nenuco Calva estamos prospectando una serie de elementos que en un espacio como éste es insuficiente de compartir, pero que, poco a poco, y en otras entregas, iremos compartiendo con los lectores.
Por lo pronto, si usted se topa en alguna ocasión con el Nenuco Calva, ya sabrá que hay sustancia prospectiva detrás de esa figura impresa en una lámina plegadiza de policarbonato y no mera ocurrencia.
Enfoca directo, / certero, / sin equivocaciones / ni segundas oportunidades: / no es el otro tu rival; / es ese maldito sistema / —padre de la estructura omnipresente—, / el que nos hace vernos como contrarios… / como si lo fuéramos. (Como si lo fuéramos. APR. 2020)
Abel Pérez Rojas (abelpr5@hotmail.com) es escritor y educador permanente. Dirige: Sabersinfin.com