Victor de Regil
A pesar de que muchos lo dan como un hecho consumado, en realidad no es seguro que la candidatura de la alianza PRI, PAN y PRD en Puebla la ponga Acción Nacional. Todo dependerá de las reglas que signen esos institutos, cuando a finales de año, inscriban la coalición Va por Puebla. ¿Lo han calculado suficientemente los dirigentes partidistas estatales?
Un punto a considerar fue cuando en enero de 2023 los dirigentes nacionales sellaron la reedición de la alianza Va por México para la elección presidencial, también se repartieron ya algunas posiciones.
Se determinó en su convenio documental, por cierto, que la candidatura a Palacio Nacional es para el PAN.
Es decir, el PRI y sus militantes deben acompañar la decisión.
Incluso, aspirantes priístas como la senadora Beatriz Paredes Rangel, en caso de que verdad quieran la postulación, deben convencer a la dirigencia panista, no tanto a los militantes y cúpula de su partido.
A cambio de ceder la candidatura presidencial, el tricolor obtuvo las candidaturas a las elecciones que se disputan en este año: Estado de México y Coahuila, en donde la candidata y el abanderado, respectivamente, son de sus filas.
Otro tema que ya se definió es que la postulación a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México será también para el PAN.
De ese nivel fue el pago para que el PRI pusiera los candidatos a las dos gubernaturas que se disputarán el primer domingo de junio de este año.
A partir de ahí, las probabilidades se redujeron para dividirse las candidaturas a las gubernaturas que, quitando la CdMx, se disputarán también en 2024.
Quedan sobre la mesa ocho: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco, Veracruz, Yucatán ¡y Puebla!
Lo lógico es que sean cuatro para el panismo y cuatro para el priísmo.
Realmente el PRD no tiene aspirantes fuertes y reales en ninguna de esas plazas, aunque podrían darle la cortesía de siglar (postular) a un candidato “perredista”, aunque realmente sea de PRI o PAN.
Entonces Puebla no es en automático seguro para los panistas.
Por cierto, en días pasados en conferencia de prensa, la presidenta del Comité Directivo Estatal (CEE) panista, Augusta Díaz de Rivera, rechazó que su partido se quiera quedar con todo el pastel en la repartición de candidaturas.
Palabras más, palabras menos, dijo que serán incluyentes en las postulaciones a diputados y ayuntamientos.
En su declaración, entre líneas, deja ver que da por hecho que la candidatura al gobierno será para el PAN.
Pero, ¿y si no?
Y si alguno de los otros estados fuerza al PAN a entregar Puebla al PRI, aunque no tenga realmente candidatos fuertes.
Claro que para que eso ocurra, muchos elementos estarán en juego, como la fuerza que tenga el abanderado o abanderada MORENA.
Inclsuo, se dice, en la oposición están analizando que si el candidato a la gubernatura es Alejandro Armenta por parte de Morena, saben que no tinen nada que hacer, pues el Senador arrasaría sin problema. Pero, si el presidente López Obrador impone a la mala a Nacho Mier, entonces el PRIANRD, tendría amplias posibilidades de ganar, incluso sin que Eduardo Rivera fuera el candidato de la oposición.
Porque si se trata de ir a una campaña testimonial, sin posibilidad de triunfo, los intereses serán distintos.
En cambio, si hay posibilidad de triunfo, el escenario es otro.
Como hemos dicho: Muchas cosas nos faltan por ver.