¿Quién Se quedará con el PAN poblano?

 

Las siguientes semanas veremos quien será el nuevo dirigente del PAN en Puebla, o al menos de lo que queda del PAN, pues se encuentra en la crisis interna más severa de su historia tanto a nivel local como nacional.

La reciente inclusión de Eduardo Rivera Pérez a la planilla del futuro dirigente nacional del PAN, Jorge Romero Herrera, tiene varios siginificados.

Une de ellos es que será mediante voto a la militancia o a través de los integrantes del Consejo Estatal, el ex alcalde y ex candidato a la gubernatura seguirá controlando al PAN en el estado, imponiendo candidatos, usando a placer las prerrogativas y profundizando el deterioro y la destrucción de la franquicia que tantos dividendos económicos y políticos ha dado a él, a su familia y a sus empleados.

Es posible que Eduardo Rivera haya logrado negociar con Marko Cortés la Secretaría de Fortalecimiento Interno e Identidad del próximo Comité Ejecutivo Nacional, lo que implica que Eduardo Rivera se compromete a que en Puebla, Jorge Romero arrase en votación, pues él y sólo él y sus operadores tienen el control del padrón de militantes. Un padrón cada vez más disminuido pero suficiente para lograr el objetivo.

De igual forma, la suma de Eduardo Rivera al equipo de Jorge Romero tendrá un impacto directo en la lucha por la dirigencia estatal del PAN, pues ello da pie a que haya obligados acuerdos de fondo con quienes hoy lucen como los rivales directos de Eduardo Rivera, en concreto el grupo de la diputada federal Genoveva Huerta, operadora de todas las confianzas del actual líder nacional panista, el mencionado Marko Cortés.

Sí, Eduardo Rivera tendrá todo el apoyo de Marko Cortés y Jorge Romero para que siga mandando en el Comité Estatal; sin embargo, contra su costumbre, tendrá que abrirse a una negociación y ceder algunas posiciones.

Es por ello que no se debe descartar que la fórmula oficial para suceder a Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro quede finalmente conformada por el alcalde sustituto, Adán Domínguez, como pieza de Eduardo Rivera-, y Genoveva Huerta Villegas, como alfil de Marko Cortés, haciendo una mancuerna tan inédita como inesperada, para la presidencia y la secretaría general, respectivamente.

Para el PAN, el proyecto Marko Cortés-Jorge Romero es prioritario y una de las premisas para lograrlo es unir lo que está o ha estado roto, para garantizar que el panismo poblano, vote por Romero, no por la tlaxcalteca Adriana Dávila, su contendiente.

Hasta antes de la inclusión de Eduardo Rivera al equipo de Jorge Romero, Genoveva Huerta tenía lazos y acuerdos con el bloque opositor al ex candidato a la gubernatura, un bloque integrado por el diputado Rafael Micalco, la ex diputada Mónica Rodríguez y el alcalde de San Andrés Cholula, Edmundo Tlatlehui; sin embargo, las negociaciones con Jorge Romero la obligarán a cerrar filas con el grupo de Eduardo Rivera, pues difícilmente se va a pelear con su jefe político, Marko Cortés.

Una situación similar deberán enfrentar Rafael Micalco y el ex diputado federal y ex candidato a presidente municipal de Puebla Mario Riestra, quien se dice muy cercano a Jorge Romero.

En política, obviamente, nada está escrito, pero la fórmula Adán Domínguez-Genoveva Huerta no sólo es posible, sino totalmente deseable para que caminen las cosas tal y como Marko Cortés y Jorge Romero quieren.

Por lo pronto, el alcalde sustituto Adán Domínguez habló del proceso de sucesión en el PAN estatal y dejó claro que sigue vivo en la pelea, como la pieza fuerte de Eduardo Rivera.

Dijo que será una vez que acabe su labor como alcalde, es decir, el próximo 14 de octubre, cuando hará público si buscará o no la dirigencia estatal de su partido.